El Eibar ha encajado su cuarta derrota consecutiva. Y si las anteriores han ido confirmándole como principal candidato al descenso, la de Granada tiene definitivamente sabor a despedida. Hasta su equipo talismán –sus nueve enfrentamientos anteriores con el Granada se habían saldado con dos empates y siete victorias armeras consecutivas– se le resiste ya al equipo armero, que aumenta su desventaja para colocarse a cinco puntos de la 17ª plaza que ocupa un Valladolid que ha jugado un partido menos, tras una jornada en la que todos sus rivales excepto el Huesca han sumado algún punto.
Si los números de un equipo que no gana desde el tres de enero y que había enlazado 407 minutos de sequía hasta que Kike ha marcado en Los Cármenes resultan deprimentes, las sensaciones que ofrece acaban de impedir cualquier tentación de creer en el milagro. Con una actitud encomiable, que esta noche les ha vuelto a empujar a buscar lo imposible, al menos hasta que Soldado ha marcado el tercero, pero sin recursos, los azulgranas no sólo no han mejorado sus pobres prestaciones en ataque, sino que ahora, además, tampoco andan finos en defensa. Al Granada le han bastado hoy dos ocasiones para sentenciar y ha acabado marcando cuatro.
La búsqueda de ese equipo más agresivo por el que abogaba ayer, y la dosificación de minutos en una semana cargada, ha llevado a José Luis Mendilibar a introducir cinco cambios en el once, en el que ha repetido Atienza. Se esperaba el regreso de Diop y Bryan, incluso el de Paulo, no tanto el de Soares y Recio. Precisamente el centrocampista malagueño ha firmado el primer remate a puerta de los armeros, en un arranque de partido sin demasiado movimiento. Lo ha detenido Rui Silva y veinte segundos después llegaban la primera oportunidad y el primer gol de los locales. Con suspense porque el colegiado ha anulado de primeras el tanto de Soldado por fuera de juego, que las cámaras del VAR han demostrado inexistente, con lo que ha acabado subiendo al marcador.
El Eibar ha tratado de reponerse, aunque apenas ha inquietado con un par de acciones de Bryan Gil, que ha regresado entonado tras dos jornadas de ausencia. Pero a diez minutos del descanso, el Granada ha vuelto a llegar y ha vuelto a marcar. Con colaboración porque la acción ha nacido de un mal despeje de Arbilla que Dmitrovic ha acabado enviando a córner tras tocar en la cruceta. Y ha sido el rechace de ese saque de esquina el que ha permitido a Antonio Puertas marcar el 2-0 con un disparo cruzado desde la frontal.
El Eibar ha vuelto de vestuarios con Pedro León sustituyendo a Soares –Pozo ha retrasado su posición y Arbilla se ha movido al lateral zurdo– y con una actitud que sólo cabe aplaudir. Los azulgranas han buscado el gol con paciencia, con insistencia y, por una vez, con premio. Sobrepasada la hora de partido, Kike García aprovechaba una asistencia de Pedro León para acabar con los 407 minutos de sequía de su equipo –el gol anterior de los armeros lo había marcado el propio Kike García en San Mamés, el pasado 20 de marzo– y reducir distancias.
Engordar para morir. A Diego Martínez no le gustaba, y con razón, cómo se estaba poniendo el partido, ha movido banquillo para fortalecer su defensa y refrescar el ataque con la entrada de Kenedy y ha acertado de pleno porque el brasileño ha finiquitado el partido con una asistencia y un gol. En el 76 servía el 3-1 de Soldado a la contra y en el 81 aprovechaba un error garrafal de Cote para completar la goleada a un Eibar con pie y medio en Segunda.