Todo empezó el viernes, cuando Iñaki Arriola, actual consejero de Transportes del Gobierno de Lakua, confesó en el Forum Europa que los plazos de finalización del Tren de Alta Velocidad estaban más planteados «con el corazón que con las posibilidades de ejecución».
Lo cierto es que en 2005, cuando comenzaron las obras, su entonces homólogo Álvaro Amann afirmó que los trabajos estarían acabados en 2010, y que «la ciudadanía las pasaría canutas» si no era así. Evidentemente las obras no acabaron en 2010, por lo que acumulan ya once años de retraso, y lo que falta aún.
Las palabras de Arriola buscaban posiblemente comprensión y empatía. Recordó además la crisis económica, las «amenazas de ETA» y el tratamiento medioambiental «exquisito» como factores añadidos para los retrasos.
Como cabía esperar, la asunción de que los cálculos se hicieron sin ningún tipo de rigor y basados en el voluntarismo desataron las críticas de los opositores al proyecto. Entre ellos el del parlamentario de EH Bildu Mikel Otero, quien a través de Twitter remarcó ayer sábado que «no es tiempo de decir memeces, es tiempo de asumir responsabilidades».
AHT / TAV / AVE
— Mikel Otero (@otero_mikel) April 24, 2021
30 años después de que se proyectara..
15 años después de "la primera piedra"..
No saben cuando acabará
No saben cuanto costará
Resulta que los "buenos gestores", planificaron "con el corazón".
No es tiempo de decir memeces, es tiempo de asumir responsabilidades. pic.twitter.com/CUD85ewtnD
Al rescate de Arriola ha aparecido hoy la eurodiputada jeltzale Izaskun Bilbao, que augura que «el TAV será un éxito» y ha acusado a Otero de «amnesia sobre el origen de parte de los retrasos su dramático precio en vidas y convivencia y los sobrecostes imputables a la oposición terrorista contra una infraestructura clave contra el cambio climático» .
Amnesia sobre el origen de parte de los retrasos su dramático precio en vidas y convivencia https://t.co/CwOli0HBQO y los sobrecostes imputables a la oposición terrorista contra una infraestructura clave contra el cambio climático https://t.co/DKgLUrNx0k https://t.co/Bib2g1GUrL
— Izaskun Bilbao (@IzaskunBilbaoB) April 25, 2021
Los tuits de Bilbao han tenido respaldo desde la cuenta de Arantxa Tapia, esa que cuesta a las arcas públicas 2.000 euros cada mes.
Alguien cobra 2.000 € al mes como community manager de @arantxa_tapia... para retuitear tuits que atribuyen a ETA los retrasos/sobrecostes/despropósitos del TAV.
— Mikel Otero (@otero_mikel) April 25, 2021
Exijo que entregue los smartphones y se disuelva. https://t.co/DmFnDZPTr6 pic.twitter.com/WQNTQJJwpj
A partir de ahí, Otero y Bilbao se han enganchado en un ida y vuelta dialéctico en el que el parlamentario de EH Bildu ha recordado aspectos como los sobrecostes del TAV, las emisiones de CO2 en su construcción o la «clarividencia» jeltzale respecto al fracking, mientras que Bilbao ha culpado tanto a los diferentes gobiernos del Estado español porque «llevan años incumpliendo los compromisos de inversión adquiridos en la mesa del Consejo Europeo» como a la izquierda abertzale por «no tener la dignidad de reconocer y asumir los gravísimos errores y responsabilidad que tenéis vosotros en este problema».
Ah, ¿vamos a hablar en serio?
— Mikel Otero (@otero_mikel) April 25, 2021
Te paso cuadro-resumen (Gipuzkoa).
Van casi 2.000 M€ y >200 M€ de sobrecostes, de momento, solo en Gipuzkoa (y no son en seguridad).
Ah! y 3 mill de ton de CO2 emitidas en su construcción. Por lo del clima, digo.
Me comentas algo, si eso.. https://t.co/tbojXpEI2L pic.twitter.com/Vyq8LMGbXo