Terminó la durísima fase regular de la segunda categoría del rugby francés, una ProD2 que se prolonga durante 30 jornadas y que además este año ha estado marcada por los problemas generados por el covid-19, enloqueciendo un calendario ya de por sí complicado.
Pese a sus problemas económicos y extradeportivos, con su presidente enfrentado con las fuerzas vivas de la ciudad y alrededores y lamenaza de una posible deslocalización, el equipo ha rendido con bastante regularidad.
Se instaló en la tercera plaza antes de terminar la primera vuelta, y ahí ha navegado hasta el final, en una tranquila tierra de nadie por lejos de Perpignan y Vannes –los dos primeros–, pero siempre cómodo respecto a sus perseguidores.
En este largo maratón lo importante es llegar lo mejor posible a estos play offs que se juegan a cara o cruz. Seis equipos pugnarán por un puesto de ascenso directo al Top 14 y otro de promoción frente al penúltimo de la máxima categoría.
Con los dos primeros de la tabla exentos de la primera eliminatoria, Biarritz se enfrentará por un puesto en semifinales a Grenoble, que ha terminado sexto. El choque se disputará el sábado que viene, día 22, a las 15.30. Si los labortanos pasan este escollo tendrán que viajar el fin de semana siguiente hasta Bretaña, para verse las caras con el Vannes.
Por la otra parte del cuadro jugarán Oyonnax y Colomiers, y el superviviente disputará la semifinal ante los catalanes de Perpignan. La gran final será el 5 de junio, el ganador subirá, mientras que el perdedor tendrá una segunda oportunidad. Ojo que la Diosa Fortuna podría deparar un infartante Aviron-BO.