Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

«Shorta»

El cine nórdico es una fuente inagotable de jóvenes cineastas, y ahora mismo los ojos del mundo están puestos en la producción danesa, gracias al Óscar que Thomas Vinterberg ha obtenido a la Mejor Película Internacional por ‘Otra ronda’ (2020), algo de lo que se pueden beneficiar otros y otras colegas de su país, en especial los que están empezando y quieren darse a conocer fuera de sus fronteras. Un buen año, sin duda, el pasado año, en el que la pareja formada por los debutantes Frederik Louis Hvidd y Anders Olholm presentaba en la Mostra de Venecia, dentro de la Semana Internacional de la Crítica, su ópera prima ‘Shorta’ (2020). La distribuidora Caramel Films anuncia su estreno en salas para el 11 de junio, con un subtítulo añadido al título original, por lo que quedará como ‘Shorta. El peso de la ley’, a fin de aclarar que hay acción policial, aunque no termina de añadir el matiz racial de la palabra ‘shorta’, que en árabe quiere decir ‘policía’.

Para obtener un fuerte impacto inicial, Hviid y Olholm siguen la estela marcada por su compatriota Nicolas Winding Refn, cuando con ‘Pusher’ (1996) no solo se convirtió en el nuevo enfant terrible capaz de hacer olvidar a Lars Von Trier, sino que supo dar un giro radical al cine negro nórdico. Sin embargo, el nuevo tándem de cineastas parecen querer mostrar al mundo una tarjeta de presentación que les pueda llevar a ser requeridos por el mercado anglosajón. Además de la influencia más próxima ya señalada, o dentro de Europa de una obra referencial como ‘El odio’ (1995), que de la mano de Mathieu Kassovitz supuso un antes y un después en las películas sobre disturbios callejeros, apuntan hacia los maestros estadounidenses John Carpenter y Walter Hill, con guiños, respectivamente, a ‘Asalto a la comisaría del distrito 13’ (1076) y a ‘The Warriors’ (1979).

De los dos, el más entrenado con la cámara es Hviid, pues ha trabajado en la serie de televisión ‘Bedrag. La ruta del dinero’ (2015-2019), ideal para ir conociendo la técnica de la intriga criminal y policiaca. Por su parte, Olhom tiene más experiencia como guionista, y ha participado en realizaciones recientes punteras como la parodia del género de superhéroes realizada por Jacob Bitsch ‘Antboy’ (2014), o el drama social sobre inmigración de Ask Hasselbalch ‘Letters for Amina’ (2017). Gracias a que el uno se ha ocupado más de la narrativa visual y el otro de la escrita, su entendimiento ha sido perfecto, lo que de momento les mantiene unidos en sus inmediatos proyectos.

Conviene aclarar dos aspectos concretos de la película, porque el suburbio en el que se desarrolla la acción no existe como tal. Se trata de un espacio ficcional bautizado como Svalegarden (Granja de las golondrinas), y que fue diseñado a partir de distintas zonas existentes en las afueras de Copenhague y que, combinadas en el montaje, dan una idea de unidad en la localización. El otro es que las imágenes con las vistas en las protestas por la muerte de George Floyd en los Estados Unidos son pura coincidencia, ya que el argumento se inspira en hechos reales ocurridos en Dinamarca en los años 90, donde también se han dado casos de abusos policiales contra población procedente de países africanos.

Así se aborda la realidad actual de una Dinamarca segregada en la que un inmigrante de segunda generación bajo custodia policial ha quedado en coma. La situación les pilla a la patrulla de vigilancia compuesta por los agentes Andersen (Jacob Lohmann) y Hoyer (Simon Sears) en una de sus rondas rutinarias, hasta que salta la noticia de la muerte del joven y el barrio se convierte en un auténtico campo de batalla.

En medio de una lluvia de piedras y botellas, incluso con fuego cruzado y peleas cuerpo a cuerpo, la pareja tratará de cruzar un infierno en llamas. En el personaje interpretado por Tarek Zayat habrán de encontrar un aliado, porque sin ayuda desde dentro les va a ser imposible poder huir con vida.