Después de apurar casi hasta el límite el plazo marcado antes de una nueva convocatoria de elecciones, ERC y Junts per Catalunya han alcanzado esta semana un acuerdo para desencadenar la investidura de Pere Aragonès como nuevo president de la Generalitat, con un Govern de coalición de fondo.

Precisamente, uno de los puntos del documento trata el reparto de cargos y consejerías: ERC se quedará con Presidencia, Feminismos e Igualdad, Educación, Empresa y Trabajo, Acción Climática, Interior y Cultura, mientras que Junts dirigirá Economía y Hacienda, Salud, Políticas Digitales, Acción Exterior, Investigación y Universidades, Justícia y Derechos Sociales. Además, la vicepresidencia del Govern también recaerá en un representante de Junts.

Desde el partido de Puigdemont ya han avanzado algunos de los nombres que tienen en mente para ocupar cada departamento, como por ejemplo la concejal de Barcelona y diputada en el Parlament, Elsa Artadi, como vicepresidenta y consellera de Economía, o el actual secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, como conseller de Salud.

Sin embargo, el pacto expone que «Esquerra Republicana y Junts per Catalunya propondrán y acordarán con el President de la Generalitat las personas responsables de cada departamento» o, dicho de otra manera, Aragonès tendrá la última palabra a la hora de nombrar a sus miembros del Govern. Desde ERC, su secretaria general adjunta y portavoz, Marta Vilalta, ha negado que esta potestad se trate de ningún «veto» y ha destacado la voluntad «buen entendimiento» entre su partido y Junts a la hora de formar el Govern.

También se ha referido a este aspecto del acuerdo el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, quien ha coincidido con Vilalta para rechazar que ninguna de los dos partes va a tener «derecho a veto».

Nuevo referéndum... acordado con el Estado

Además de la estructura del próximo Govern, otro de los puntos del acuerdo entre ERC y Junts incluye las bases por «un Acuerdo de Consenso estratégico por la República Catalana». En este apartado se explica que «el objetivo es conseguir la independencia de Catalunya y alcanzar la República Catalana». Aunque recuerdan que en las elecciones del 14 de febrero los partidos independentistas lograron más del 52% de los votos, ambas fuerza comparten que «solo un referéndum de autodeterminación acordado con el Estado español puede sustituir el mandato político del 1 de octubre».

A la vez que apuestan por un «referéndum acordado», ERC y Junts apuestan por «el diálogo y la negociación política para resolver el conflicto político existente, así como la necesidad de una confrontación cívica y pacífica para forzar al Estado a asumir la realidad hasta ahora negada».

En este sentido, el portavoz de ERC en el Congreso español, Gabriel Rufián, ha vuelto a poner en valor la mesa de diálogo con el Estado, aunque ha descartado marcarse fechas. Por su parte, la ministra portavoz del Gobierno español, María Jesús Montero, ha reiterado que mantiene «la mano tendida» para reactivar la mesa de diálogo y «resolver definitivamente el conflicto de convivencia en Catalunya».