La iglesia San Miguel Arcángel de Zalla ha acogido este jueves el funeral en memoria de Joaquín Beltrán, el trabajador desaparecido en el derrumbe del vertedero de Zaldibar el 6 de febrero de 2020 junto a su compañero Alberto Sololuze, cuyos restos fueron hallados el pasado 16 de agosto. La búsqueda de Beltrán se dio por concluida el viernes pasado.
Tras el oficio religioso se ha celebrado una concentración en la plaza Euskadi en la que varios cientos de personas han guardado cinco minutos de silencio en recuerdo de Beltrán antes de que la portavoz de la familia y cuñada del operario desaparecido, Marta Álvarez, leyese un comunicado en nombre de la familia, en el que ha expresado el «eterno agradecimiento» de la familia a los amigos, vecinos, a la familia Sololuze y «a la gente anónima de buen corazón» que han estado a su lado todos estos meses, así como a «los movimientos ciudadanos y la opinión pública en general».
También ha agradecido a todas las personas que han participado en el operativo de búsqueda y rescate, «que no habéis desfallecido en vuestro compromiso de encontrar a Joaquín».
Álvarez ha recordado que han transcurrido 469 días «uno tras otro» desde el 6 de febrero de 2020 y que de nuevo la familia se encontraba en la plaza Euskadi, donde se han celebrado varias concentraciones tras el derrumbe del vertedero, pero que en esta ocasión todo era «distinto».
Emocionada y sin poder contener el llanto, ha destacado que «desde hace unos días ya no esperamos a Joaquín», pero ha asegurado que «tampoco» van a «llevar flores a ningún vertedero».
«No podemos. Nos negamos. Siempre lo hemos dicho, además no tiene sentido. No hace falta, Joaquín no está allí, ya no», ha manifestado para añadir que «en Zaldibar han quedado sepultadas muchas cosas, pero no Joaquín».
Ha indicado que no van a olvidar a Joaquín, que «está aquí, está en casa» y está «dentro» de sus hijos Fran, Laura y Pablo y de su mujer Elena, y «de todo el resto de su familia» y «dentro de todos y cada uno de quienes le conocimos».
Ha insistido en que «en Zaldibar han quedado sepultadas muchas cosas, pero no Joaquín» y ha destacado que con el acto de hoy han querido recordar «con cariño y con amor» a un hombre «magnífico, generoso, trabajador», al que «no vamos a olvidar» y que «está aquí, está en casa».
«La vida debe continuar. Así lo querría él. Hay que seguir, no hay que parar. Debemos arrancar de nuevo y lo vamos a hacer por Joaquín. Encontraremos consuelo y recuperaremos la ilusión. No le defraudaremos», ha señalado en nombre de toda la familia.