Sara Rogel tenía 18 años, estaba embarazada de ocho meses. Quería estudiar Enfermería. Estaba feliz con el próximo nacimiento de su hija. Pero, una caída fortuita cambió para siempre el rumbo de sus planes.
La joven salvadoreña fue detenida el 8 de octubre de 2012 cuando estaba a punto de finalizar sus estudios de Bachiller. Trabajaba como empleada doméstica para sufragar sus estudios. Un día, mientras lavaba ropa en el patio de su casa, situada en una zona rural del departamento de Cuscatlán, tropezó y se cayó, lo que le provocó lesiones graves, sangrado y la pérdida de su embarazo.
Su familia la encontró inconsciente y la trasladó al hospital de la ciudad de Cojutepeque, donde la consideraron sospechosa de haber intentado provocarse un aborto y la denunciaron ante la Policía. Fue detenida en el mismo hospital mientras se recuperaba.
«No me fijé que había un pedazo de jabón en el suelo y me deslicé. Caí sentada. Lo siguiente que recuerdo es estar en el hospital. Me habían metido en el área donde tenían a todas las mamás y los niños, así que empecé a preguntar por mi hija; pero nadie me decía nada, solo que no me tenía que mover porque estaba muy mal de salud, que estaba sangrando demasiado. Así seguimos dos días. El doctor explicaba que no me podía dar referencia. En la audiencia me acusaron de homicidio agravado», explica la propia Sara.
En setiembre 2013, la condenaron a 30 años de cárcel por homicidio agravado. En enero de 2020, el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública le otorgó la conmutación de la pena, reduciéndose de 30 a 10 años de cárcel. Sus abogados pidieron entonces su excarcelación.
El 31 de mayo, el juez del Tribunal de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena de Cojutepeque le otorgó la libertad condicional. Su salida de prisión, sin embargo, se retrasó por el derecho de la Fiscalía General de República de recurrir la resolución del juez. El 4 de junio, la FGR desistió de interponer un recurso en contra del dictamen del tribunal.
«Recuperar mi libertad es como volver a nacer»
«Recuperar mi libertad es como volver a nacer», afirmó en una comparecencia ante los medios junto a representantes de la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico (ACDATEE), que la ha asistido durante estos años.
«Aquí estoy para decir que soy inocente. Fue difícil porque un accidente le dio la vuelta a mi vida de una manera muy grande. Yo amaba a mi bebé y por una caída lo perdí. Yo tenía todo lo que una madre deseaba tener y estaba terminando mis estudios. Aquí estoy, pidiendo que se haga justicia con mis demás compañeras, ellas se han quedado allá y quiero que se haga justicia en este país, porque así como yo sufrí ese daño hay muchísima gente (mujeres) detrás de esas rejas», ha remarcado visiblemente emocionada.
Afirma que entre sus planes está «luchar por las mujeres que han quedado en esas rejas (…) hacer justicia, porque merecen la oportunidad de salir de ese lugar porque son inocentes. Ellas han sido víctimas de las leyes de este país». En la actualidad, hay 16 mujeres acusadas, procesadas y encarceladas por circunstancias similares a las suyas.
Destaca que «con la ayuda de mis abogadas he podido salir adelante, a pesar de que eso fue algo muy doloroso para mí. Nunca pensé que de una caída o de un golpe yo iba a perder a mi hija, y peor que estuviera bajo las rejas tantos años cuando no tuve nada que ver porque lo que yo tuve fue un accidente».
«Perseguidas en procesos plagados de irregularidades»
En nombre de la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico (ACDATEE), su directora, Morena Herrera, incide en que «la libertad de Sara es una esperanza de justicia para todas las que continúan en prisión, su salida del Centro de Detención Menor para Mujeres en Zacatecoluca es un motivo de celebración para su familia y todas las personas y organizaciones que le acompañamos en este largo proceso».
Denuncia que «cada uno de estos casos evidencia las consecuencias de la penalización absoluta del aborto, provocando que el Estado abandone a estas mujeres en el momento que más necesitan protección y acceso a la salud, y, por el contrario, son perseguidas penalmente, en procesos plagados de irregularidades y vulneración del debido proceso».
Asimismo, insta a «detener la persecución sistemática y el encarcelamiento indebido de mujeres vulnerables que pierden sus embarazos por abortos espontáneos y otras emergencias obstétricas».
Desde el año 2009 hasta la fecha, la ACDATEE con el apoyo de otras organizaciones nacionales e internacional han logrado excarcelar, contando a Sara Rogel, a 50 mujeres «criminalizadas por emergencias obstétricas».