Ho Chi Minh, turista a la fuerza en Euskal Herria hace 75 años
El líder vietnamita Ho Chi Minh llegó a Euskal Herria el 12 de junio de 1946 en unas vacaciones forzadas a la espera de la formación de un Gobierno francés con el que negociar la independencia de Vietnam. Partidos de pelota, gastronomía, y salidas al mar precedieron a la decepción de Fontainebleau.
En 1946, el Estado francés intentaba recuperarse de la ruina de la II Guerra Mundial mientras en el otro lado del mundo trataba, a la vez, de mantener su antiguo imperio colonial.
En Indochina, ante la presión de China y Gran Bretaña que intentaban repartirse la zona tras la retirada japonesa, negociaba con la resistencia del Viet Minh, que había proclamado la independencia pero que también quería evitar la anenaza china.
Pero a medida que aumentaba la presencia militar francesa y su agresividad, se preparaba el conflicto.
En marzo, el jefe de Gobierno provisional vietnamita, Ho Chi Minh, y el represetnante del Gobierno francés, John Sainteny, firman un acuerdo preliminar por el que se reconce una república vietnamita con su propio Ejército y Parlamento, pero sometida a la Unión Francesa.
La política exterior y de defensa quedaban en manos de París que además dejaba 15.000 soldados en la región. La puerta a la independencia era el compromiso de celebrar un referéndum.
Sin Gobierno con el que hablar
En ese contexto, el líder vietnamita sigue negociando y viaja a París el 31 de mayo. Pero allí no tiene con quién negociar. El Gobierno de Felix Gouin se ha disuelto y se debe nombrar otro. Además el 2 de junio deben repetirse las elecciones constituyentes.
De esta forma, la política interna francesa va a demorar el encuentro preparado en Fontainebleau. O al menos los franceses no tienen prisa por negociar y su política es ir ganando tiempo, aún debilitados en el campo militar, y con el propósito de no abandonar Vietnam, como luego demostrarán.
De hecho, el desplante es mayor porque las autoridades francesas proclaman la república de Conchinchina –una de las provincias al sur de Vietnam– dividiendo el país y vulnerando los términos del acuerdo Ho-Sainteny.
Pese a todo, el líder de la resistencia anticolonial no regresa y espera a la formación del nuevo Gobierno francés. París no quiere dar aún oficialidad a una visita a la que deja en espera, por lo que envía a la delegación vietnamita a Biarritz.
El resto de la delegación llega antes que Ho y se aloja en el Carlton, pero sus habitaciones están siendo renovadas por lo que se quejan y piden el traslado a otro hotel, el Palais.
Luego, el líder de la independencia de Vietnam llega el el 12 de junio de 1946 donde pasará unas vacaciones forzadas en Euskal Herria, en una estancia extraoficial.
Es recibido por el alcalde Guy Petit, elegido el año anterior y que seguirá en el cargo hasta 1977. Su labor para recuperar el turismo en Biarritz, que marcará sus mandatos, contó pues con un inesperado e involuntario pionero.
Durante su estancia, Ho Chi Minh recibe las visitas de numerosos compatriotas y simpatizantes.
Días de turismo
Le acompañan entre otros, el diplomático Hoang Minh Giam, entonces viceministro de Interior del Gobierno de la Unión de Resistencia y que ya había asistido a Ho Chi Minh en las negociaciones con Sainteny previas a la firma del Acuerdo de marzo de 1946.
El propio Sainteny también se desplaza a Biarritz y acompaña a Petit y a los vietnamitas, que se dejan ver como turistas corrientes por la costa de Iparralde. Gastronomía, fiestas, visitas...
Hacen una excursión gastronómica a Biriatu, pasean por la playa de Biarritz, ven partidos de pelota; el 16 de junio van a Donibane-Lohizune, Azkaine y Sara. Hasta asisten a un toro de fuego y una «euskal jaia».
El líder vietnamita participa incluso en una salida al mar a bordo de un atunero con arrantzales con los que charla y que se asombran de que no se maree.
Pero algunos comunistas franceses que lo visitan, como el ministro de Armamento, el comunista Charles Tillon, consideran que Ho Chi Minh está prácticamente secuestrado.
Su estancia dejó entre quienes lo trataron, como Petit o su hijo, una imagen de persona educada pero misteriosa y reservada. Aunque probablemente el líder comunista tenía mayores preocupaciones que la de hacer turismo.
Finalmente, se forma Gobierno, con lo que da comienzo la visita oficial del líder vietnamita al Estado francés, el 22 de junio de 1946, y acaba su estancia en Euskal Herria. Un avión militar lo traslada desde el aeródromo de Parma a París donde participa en las negociaciones de Fontainebleau.
La postura de los franceses que se empeñan en conservar el sur del país, hacen que Ho regrese a Vietnam señalando que las condiciones son inaceptables. Solo lleva un vago acuerdo de compromiso para una posterior reunión, pero el conflicto se irá agravando hasta que estalle la guerra en noviembre, con el bombardeo francés de Haiphong que deja miles de víctimas.
Comienza otra larga historia de resistencia anticolonial en la que Euskal Herria fue un paréntesis imprevisto.