Este es uno de los datos recogidos en el “V Estudio sobre la situación de las personas en riesgo de exclusión residencial grave”, presentado este miércoles con motivo de la “V Jornadas sobre Exclusión Residencial en Euskadi”, que se celebran de forma bienal desde 2012.
Según ha explicado Raquel Sanz, del SIIS Centro de Documentación y Estudios, el informe fue realizado la noche del 6 al 7 de mayo del pasado año, en el inicio del alivio del confinamiento domiciliario por la pandemia de la covid-19 mediante un recuento nocturno en 19 municipios, incluidas las tres capitales de la CAV.
Este recuento estaba previsto para octubre de 2020, pero debido a la pandemia tuvo que adelantarse al mes de mayo y contó con la participación del 85 % de las personas en riesgo de exclusión residencial grave encuestadas.
Los datos revelan que, durante las fechas del estudio, 2.797 personas vivían en situación de exclusión residencial grave, un 45% de ellas en centros y pisos de inserción social.
Del resto, 163 se encontraban en la calle (un 6%), 351 en albergues y centros de acogida, 168 en centros o pisos para víctimas de violencia machista y 846, un 30%, en dispositivos habilitados excepcionalmente debido a la covid-19.
Este último dato, ha indicado Sanz, es el principal motivo por el que el número de personas en riesgo de exclusión residencial ha aumentado en 2020, en 2018 el recuento fue de 2.320 personas en riesgo.
Tendencia al alta en las capitales
Asimismo, ha explicado que en las tres capitales también existe una «tendencia al alza» de personas que viven en la calle, en albergues o en alojamientos temporales covid-19.
En Bilbo fueron 694 personas, frente a las 279 de Donostia y las 158 de Gasteiz, y un 43% de aquellas que permanecieron alojadas en equipamientos temporales covid-19 provenían de la calle o malvivían en edificios abandonados.
Otro de los datos que ha destacado Sanz es la «presencia minoritaria y minorizada» de las mujeres entre las personas sintecho en las tres capitales, entre el 4% y el 6% del total en situaciones de calle y entre el 10% y el 15% en albergues o centros de acogida.
En comparación con los informes previos, la proporción de mujeres en situación de exclusión residencial ha descendido del 13% en 2016 a un 9% en 2020. De ellas, la mitad era de origen extranjero, frente al 74% de hombres.