El lunes, 14 de junio, el director general de Sanidad francés, Jerôme Salomon, aseguraba en el matinal de RTL que a partir del 1 de julio no sería obligatorio el uso de la mascarilla en exteriores.
Sin embargo, el Ministerio de Sanidad emitía una nota horas para aclarar que «todavía no hay una decisión tomada».
Este miércoles ha sido el primer ministro y mano derecha de Emmanuel Macron el encargado de dar la «buena noticia».
Un anuncio doble, y en la recta final de la campaña a las elecciones regionales y departamentales, que se celebrará el domingo 20 de junio.
De acuerdo a lo anunciado, salvo algunas excepciones -plazas, mercados, y en general lugares o momentos con fuerte afluencia de público- desde mañana jueves el uso de la máscara en exteriores no será obligatorio en el Hexágono.
En el ámbito de Euskal Herria, los ciudadanos de Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi serán los primeros en estrenar una vida exterior sin mascarillas, mientras el debate también se abre camino en otros herrialdes, en particular en Nafarroa.
La decisión de reponer el uso de la mascarilla se adoptó en setiembre de 2020, con lo que a partir de mañana los ciudadanos de Ipar Euskal Herria dejarán atrás nueve largos meses de vida exterior enmascarada. Y cambiará el paisaje social, una vez más.
Sin toque de queda, diez días antes de lo previsto
Durante las últimas semanas se han sucedido las peticiones para levantar la obligación de portar la mascarilla en espacios exteriores, ello al calor del avance importante en la vacunación, ya que el pasado fin de semana el Estado francés superó la barrera de los 30 millones de vacunados (con al menos una dosis).
Uno de cada dos ciudadanos mayores de edad ha recibido ya la vacuna en el departamento de Pirineos Atlánticos, del que forma parte Ipar Euskal Herria. Ayer arrancó además la vacunación de los más jóvenes (12-17 años).
Ese contexto es el que ha pesado a la hora de adelantar plazos no ya en lo que respecta a la máscara sino también a ese toque de queda a las 23.00, que debía decaer definitivamente el último día de junio, pero que finalmente se levantará el domingo.
Una medida que saludarán especialmente los agentes culturales, ya que el 21 de junio se celebra la fiesta de la música, que marca con numerosas citas culturales la entrada en la estación estival.
Forofos de la selección francesa
París ha acelerado los ritmos en relación a la mascarilla, pese a que el propio ministro de Sanidad, Olivier Véran, aseveró públicamente la semana pasada que ésta debía seguir utilizándose «al menos hasta el 30 de junio».
Un criterio que contó además con el aval del presidente del Consejo Científico, Jean-François Delfraissy, que en tono realista expresó que «habría que mantener esa medida al menos hasta final de junio porque a partir de esa fecha va a ser de difícil aplicación».
Se ha impuesto el realismo de que las normas se respetan cada vez menos.
De hecho, las imágenes de hinchas franceses celebrando anoche la victoria de su selección de fútbol el el partido de Eurocopa contra Alemania dejó claro que, para cada vez más gente aunque por distintos motivos, las vallas están para saltarse.
Poca máscara y menos prisa por volver a casa se percibía en las imágenes que han saltado esta mañana de las redes sociales a las pantallas de televisión entre alguna que otra amonestación y muchas declaraciones comprensivas a cargo de representantes políticos.
Las imágenes de París y otras grandes urbes hexagonales han dejado, por cierto, en bastante buen lugar a los aficionados al rugby que celebraron, sin «provocar desórdenes», el sábado en Biarritz el ascenso de su equipo al Top14.
Ese allanamiento futbolero a las reglas sanitarias, que no parece que vaya a tener grandes consecuencias penales, colocan en una posición bastante más incómoda al prefecto de Pirineos Atlánticos, Eric Spitz, que presentaba denuncia, el lunes pasado, en el Tribunal de Baiona contra la dirección del BO, por no haber hecho lo requerido para asegurar el respeto a las normas sanitarias en el derby celebrado en Aguilera.