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Condena sin cárcel entre aplausos para la víctima del proxeneta maltratador al que mató

Valérie Bacot, víctima de maltratos y violaciones y forzada a prostituirse por su marido durante años, no volverá a la cárcel tras la condena de cuatro años de prisión por matarlo, tres de ellos suspendidos y uno ya cumplido de forma provisional. El veredicto ha sido recibido con aplausos.

Valérie Bacot deja el tribunal acompañada por sus abogadas. (Jeff PACHOUD/AFP)
Valérie Bacot deja el tribunal acompañada por sus abogadas. (Jeff PACHOUD/AFP)

Valérie Bacot, «claramente una víctima», según ha reconocido el fiscal, ha quedado libre este viernes tras ser juzgada en el Tribunal de lo Penal de Saona y Loira, aunque condenada a una pena simbólica por la muerte de su marido, que la maltrató, la violó y la prostituyó.

La mujer de 40 años, madre de cuatro hijos, ha sido condenada a cuatro años de prisión, tres de los cuales han quedado suspendidos, lo que le permitirá no ser reencarcelada considerando el año que ya ha pasado en prisión preventiva.

Los miembros del tribunal han sido fueron más indulgentes que el fiscal que  había solicitado una pena  de cinco años de prisión, cuatro de los cuales en suspenso, al calificar de víctima a una mujer que fue violada, golpeada y prostituida durante años por su marido.

Un estruendoso aplauso ha estallado cuando se ha leído el veredicto y algunos familiares de la acusada han roto a llorar.

Al leer las motivaciones del tribunal y del jurado, la presidenta Céline Therme ha subrayado que habían tenido en cuenta el terror en el que vivía Bacot y los múltiples traumas de su infancia.

«Una nueva lucha para todas las mujeres»

«Me gustaría agradecer a la Corte. Es una nueva lucha ahora para todas las demás mujeres y todos los abusos», ha señalado Bacot con una voz muy débil y ha añadido que no se ha sentido aliviada «sino agotada, física y mentalmente»-

Valérie Bacot «no podía quitarle la vida a quien la aterrorizó» pero hay que «establecer esta prohibición sin reencarcelarla», había estimado en su peticiión el Fiscal Eric Jallet, subrayando que sus cuatro hijos necesitan a su madre.

La acusada mató de un balazo en el cuello a Daniel Polette, de 61 años, el 13 de marzo de 2016, después de casi 25 años de violaciones, violencia y prostitución forzada.

«Una sociedad que se toma la justicia por su propia mano es una guerra de unos contra otros», ha afirmado el Fiscal aunque ha admitido que «Valérie Bacot es una víctima, muy claramente».

«Era ella o él»

La defensa consideró que una condena, por indulgente que fuera, sería demasiado. «¿Cómo podría la sociedad buscar una reparación para Valérie Bacot cuando no sabía cómo protegerla?», se cuestionó la abogada Nathalie Tomasini quien, con Janine Bonaggiunta, defiende a Bacot.

Tomasini enumeró una «cadena de disfunciones múltiples», en particular los dos informes que los familiares de la acusada hicieron a la gendarmería, en vano. «Era ella o él», ha estimado su colega Bonaggiunta, recordando que el marido de Valérie Bacot le había apuntado con una pistola en la cabeza, prometiéndole que la mataría a ella y a sus hijos, si lo dejaba.

Bacot estaba «atrapada en una telaraña, sin ningún posible recurso a la ley», añadió, pidiendo también la absolución o una «sentencia simbólica».

Una vida de terror y violencia extrema

El juicio, que comenzó el lunes, reflejó la extrema violencia sufrida por Valérie Bacot y su temor de que continuara contra su hija, Karline, que tenía 14 años al momento de los hechos. De hecho, Bacot le disparó tras escuchar una conversación entre él y la hija en la que el hombre le preguntaba sobre su sexualidad.

Expertos psiquiatras y psicólogos subrayaron que a la imputada no le quedaba otro escape que «hacer desaparecer» a su marido, ya que sometida a su permanente vigilancia y férreo control, no podía acudir a interponer una denuncia.

El marido de Bacot, alcohólico y violento, la prostituyó durante 14 años. Comenzó a violarla cuando solo tenía 12 años, cuando era la pareja de su madre. Condenado y encarcelado en 1996, el hombre fue autorizado, sin embargo, tan pronto como salió de la cárcel en 1997, a regresar a la casa familiar, donde «todo volvió a empezar como antes», relató. Bacot.

Se quedó embarazada a los 17 años y se instaló con «Dany», explicando esta sorprendente decisión por la necesidad de ofrecer un «padre» para ese niño.

Sus hijos, que tenían 16 y 17 años cuando se produjo el crimen, fueran condenados por un tribunal de menores a seis meses de prisión exentos de cumplimiento por haber ayudado a enterrar el cuerpo y ocultar el acto. Su madre les ha pedido «perdón por lo que les hice hacer».