La tenista estadounidense Serena Williams ha anunciado que no competirá en los Juegos Olímpicos de Tokio.

La menor de las hermanas Williams, ganadora de cuatro oros olímpicos –uno individual y tres de dobles–, ha renunciado a la cita olímpica, tal y como ha quedado dicho en Wimbledon en la rueda de prensa previa al torneo.

«No estoy en la lista olímpica», ha dicho Serena. «Hay muchas razones por las que he tomado esta decisión. No me apetece hablar de ellas hoy, quizás otro día», ha añadido la jugadora estadounidense.

Williams, a punto de cumplir 40 años y que busca su octavo Wimbledon y vigésimo cuarto Grand Slam, ganó el oro olímpico en Londres 2012 en el cuadro individual y en el dobles en el 2000, 2008 y 2012. La estadounidense también participó en Río de Janeiro, pero no pudo lograr medalla.

Decimotercer asalto a Margaret Court

La vida deportiva de Serena Williams se dilata por momentos dejando en el camino un regusto agridulce, aunque buscará una nueva oportunidad de igualar a Margaret Court como jugadora con más título de Grand Slam.

Doce oportunidades ha tenido ya Serena. Desde que levantó su séptimo Abierto de Australia en 2017, la estadounidense, con una maternidad de por medio, ha participado en doce «majors» y ha alcanzado cuatro finales, todas ellas perdidas. La tenista más dominante de la historia ha sucumbido a la presión siempre que ha visto cerca la posibilidad de ponerse al nivel de Court, que ganó sus 24 títulos a caballo entre los 60 y los 70.

En Wimbledon Serena ha triunfado en siete ocasiones, la última vezen 2016, y desde entonces ha perdido dos finales, contra Angelique Kerber (2018) y Simona Halep (2019), que no podrá defender su título. Tampoco estará la japonesa Naomi Osaka, quien tras su lío en Roland Garros, donde declinó hacer ruedas de prensa por salud mental, decidió renunciar al Grand Slam londinense para pasar más tiempo con la familia y los amigos y concentrarse en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Sin estas dos rivales, la candidatura de Serena, que está al borde de los 40 años, gana enteros, pero en el camino ha de hacer sacrificios más grandes y la horda de jovencitas capaces de destronar a la otrora ogra inabordable cada vez es mayor. Y si a las jóvenes les falta la consistencia de la de Michigan, estas pegan casi tan fuerte como la mestra, sus piernas corren mucho más y pueden sobrellevar mejor un partido largo.