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Charlottesville retira la estatua confederada que inspiró marcha supremacista de 2017

Las autoridades de la ciudad estadounidense de Charlottesville, en el estado de Virginia, han retirado la estatua del general Robert E. Lee, epicentro de las protestas organizadas en 2017 por supremacistas blancos y colectivos de ultraderecha, que mataron a la joven Heather Heyer.

Estatua del general confederado Robert E. Lee.  (Win MCNAMEE/AFP)
Estatua del general confederado Robert E. Lee. (Win MCNAMEE/AFP)

La ciudad de Charlottesville, en el estado de Virginia, ha retirado este sábado la polémica estatua del general confederado Robert E. Lee, epicentro de las protestas organizadas en 2017 por supremacistas blancos y colectivos de ultraderecha, que acabaron la vida de Heather Heyer.

«La retirada es un pequeño paso para acercarnos al objetivo de ayudar a Charlottesville, Virginia y Estados Unidos a encarar su pecado de estar dispuestos a destruir a los afroamericanos para lograr beneficios económicos», ha señalado Nikuyah Walker, la alcaldesa de la ciudad.

Las autoridades también han retirado la estatua de otro general confederado, Thomas J. "Stonewall" Jackson. La decisión de retirarlas fue tomada en 2016, pero varias apelaciones legales aplazaron la medida hasta que finalmente, este año, el Tribunal Supremo de Virginia respaldó la medida.

La muerte de Heyer

Charlottesville, de unos 47.000 habitantes, fue escenario de marchas supremacistas entre el 11 y 12 de agosto de 2017, movilizaciones que se saldaron con la muerte de Heather Heyer, una contramanifestante que fue arrollada por un neonazi. Otras 19 personas resultaron heridas.

El bando confederado, que perdió la guerra civil de Estados Unidos (1861-1865), estuvo formado por estados secesionistas y favorables a la esclavitud, y muchos afroamericanos consideran ofensivos aquellos emblemas suyos que aún permanecen en el país.

Sin embargo, een junio de 2020, el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, firmó un decreto que ordenaba perseguir «en la mayor medida posible» cualquier acto de vandalismo contra propiedades federales.

El decreto se adoptó en respuesta a la ola de protestas contra el racismo que sacudió a EEUU por la muerte, en mayo del año pasado, del afroamericano George Floyd, asfixiado por un policía blanco, y que derivó en el derribo de numerosas estatuas.

Hace dos meses, el actual presidente de EEUU Joe Biden, revocó una serie de decretos de su antecesor, entre ellos el referido a la destrucción de estatuas confederadas.