Los últimos 400 metros de la neerlandesa Sifan Hassan en la prueba de 10.000 metros han sido de locura. Ha impuesto un gran ritmo, pasando a la etíope Letesenbet Gidey –que ha estado por delante durante gran parte de la carrera y al final ha sido bronce– y ha aguantado el pulso de Kalkidan Gezahegne, que ha presionado hasta el final a la doble campeona olímpica. Ambas han terminado por debajo de los 30 minutos.
Así pues, la neerlandesa Sifan Hassan (nacida en Etiopía) se consagra en los 10.000 metros y se marcha de Tokio con tres medallas. Con el oro de este sábado se ha desquitado del sabor agridulce del bronce en los 1.500 metros y termina su experiencia europea tal y como empezó con otro oro. Se impuso en la prueba de 5.000 en su debut en Tokio.
Hassan había dado signo de fatiga en 1.500 metros, en la víspera de la gran carrera de los 10.000, y quizá empujado por ello, Gidey ha liderado la carrera a un ritmo muy alto desde el tercer kilómetro, provocando que todos sus competidores saltaran uno por uno, excepto Hassan y Gezahegne, que la dejaron caer en la última vuelta.
Este ritmo, combinado con las condiciones sofocantes (alrededor de 27 grados y 89% de humedad) ha causado daños con cuatro retiros y escenas de angustia a la llegada, especialmente para Hassan que ha tenido muchos problemas para levantarse después de su triunfo.
En definitiva, las raíces etíopes han dominado el podio de la carrera de larga distancia, pues además deLetesenbet Gidey, que ha competido con Etiopia, Hassan creció en el país del este de África antes de llegar como refugiado a los Países Bajos en 2008 a la edad de 15 años. Gezahegne, por su parte, competía con Etiopía antes de ser naturalizado por Baréin en 2013.
Esta última, de 30 años, además fue una grata sorpresa: su última carrera fue en 2018 cuando reapareció en mayo para clasificar a los Juegos Olímpicos. Y sus últimas actuaciones de alto nivel se remontan a casi diez años y este sábado se ha hecho con la medalla de plata con una actuación de gran nivel.