Kazetaria / Periodista
Entrevista
Heela Najibullah
Investigadora especialista en Afganistán

«La retirada de Afganistán era el principal objetivo de Washington, no la paz»

Más conocida por ser la hija mayor de Najibullah (el expresidente comunista de Afganistán), Heela Najibullah es también una reputada investigadora en el campo de la resolución de conflictos y la reconciliación en Afganistán. Habla con NAIZ en uno de los momentos más críticos del país.

Heela Najibulla es la hija mayor del mayor de Najibullah, expresidente comunista de Afganistán. (NAIZ)
Heela Najibulla es la hija mayor del mayor de Najibullah, expresidente comunista de Afganistán. (NAIZ)

Heela Najibullah (Kabul, 1977) tenía diez años cuando su padre se convirtió en presidente y catorce cuando le vio por última vez. La última gran batalla de la Guerra Fría se libraba en Afganistán entre Moscú y Washington, y aquel líder de un país condenado a ser un campo de Marte para imperios en liza pensó que era más prudente mandar a sus tres hijas a India junto con su madre hasta que todo acabara. Y todo acabó, pero mal para los Najibullah. Heela jamás volvería a ver a su padre tras ser este ejecutado por los muyaidines, y no ha pisado su país desde entonces. Antes de establecerse en Zürich, ciudad en la que reside actualmente, fue trabajadora humanitaria en India, Nepal, Bangladesh, Camboya, Sri Lanka y Bangkok, siempre centrada en temas de migración o víctimas del tráfico de personas. Hoy se dedica a la investigación en el campo de la resolución de conflictos y representa al Instituto Kroc para Estudios Internacionales de Paz.

Sin olvidar las lecciones del pasado, dice que prefiere mirar hacia el futuro, algo que resulta evidente en su libro, Reconciliation and Social Healing in Afghanistan (Springer, 2017). Nos atiende por videoconferencia. Empezamos por el presente más inmediato.

¿Cómo valora lo que está ocurriendo en Afganistán?

Afganistán es una nación en guerra atrapada por diferentes intereses geopolíticos. Desde el comienzo de las llamadas «conversaciones de paz» entre Estados Unidos y los talibanes y el Acuerdo de Doha, la violencia, la violación de los derechos humanos y los asesinatos de periodistas, artistas y activistas políticos se han disparado. Si el Consejo de Seguridad de la ONU no llega a un consenso sobre la situación política en Afganistán, el futuro del país y el de la región estará comprometido, y el derramamiento de sangre será imparable.

¿Aguantará el gobierno ahora que los estadounidenses se han ido?

Cabe preguntarse si el cambio de régimen es el objetivo aquí. Si es así, ¿cuál es la razón? Siempre que ha caído un gobierno en Afganistán ha habido que buscar las razones en el exterior.

¿Por qué fracasaron las últimas negociaciones en Doha?

Diría que las negociaciones entre Estados Unidos y los talibanes lograron su objetivo cuando se firmó el Acuerdo de Doha. El objetivo era asegurar una salida de Estados Unidos, y eso se consiguió. El enfoque adoptado por Estados Unidos durante las negociaciones distaba de buscar una paz inclusiva: no hubo mediador, Estados Unidos fue una de las partes en el conflicto que medió en el acuerdo sin considerar la posición del Gobierno afgano. Tampoco se tuvo en cuenta la de la sociedad civil, las cuestiones de la mujer, las voces de las víctimas de la guerra ni sus demandas. El proceso de dos años de negociaciones fue transparente, lo que hizo que el pueblo afgano desconfiara. Se puede concluir que la retirada de Afganistán era el principal objetivo de Washington, no la paz.

Le pediría un breve análisis de los últimos veinte años de su país, ¿es posible?

Empecemos antes, durante la Guerra Fría. De ahí a la Guerra contra el Terrorismo para acabar apoyando a los grupos extremistas y utilizando la religión como herramienta de geopolítica. Luego excluyendo, y no incluyendo, en las negociaciones paz en Bonn (2001) y en las más recientes. En 2001 los no se permitió participar a los talibanes como parte en el conflicto porque Occidente y Estados Unidos habían decidido eliminarlos del tablero y cedérselo a los muyahidines, a quienes apoyaron durante la Guerra Fría. Tampoco se incluyó a la izquierda afgana. En las últimas negociaciones entre Estados Unidos y los talibanes de 2017-2020, Estados Unidos se reunió solo con los talibanes y negoció con ellos directamente sin contar ni con el Gobierno afgano ni los representantes de la sociedad civil afgana. Lo que hicieron fue informar al gobierno de lo que se decidió. La elección de trabajar con señores de la guerra y líderes corruptos agravó el problema, y también ser selectivos en la implementación de las leyes internacionales. No olvidemos que hablamos de una guerra por los recursos fuertemente espoleada por la industria militar. Por último, el continuo doble juego de Pakistán ha sido un factor clave durante las últimas décadas de agitación.

Menciona a Pakistán. ¿Se puede derrotar a los talibanes si Islamabad sigue apoyándolos? ¿Qué otros países clave hay que considerar?

En veinte años de ocupación estadounidense, Pakistán albergaba a miembros de Al Qaeda y a los talibanes, pero Estados Unidos no cambió su posición respecto a Pakistán; no se abordó la causa fundamental de la guerra contra el terrorismo. Uno debería preguntar a los responsables políticos y a los líderes estadounidenses y de la OTAN si la Guerra contra el Terrorismo ha terminado. Si es así, ¿por qué los talibanes están todavía en la lista de terroristas de la ONU? ¿Por qué la UNAMA (Misión de Naciones Unidas en Afganistán) sigue publicando informes sobre los vínculos continuos entre los talibanes y Al Qaeda? ¿Y por qué Pakistán alberga a los líderes de los talibanes y los escolta hasta las mesas de diálogo en Estados Unidos, Rusia o China? La situación política afgana se entreteje en la geopolítica mundial, es decir, la relación entre China, los EE. UU., Rusia, Irán, Pakistán, Turquía, India, Arabia Saudí, la UE y la OTAN, cada uno con sus propios intereses en conflicto. El mundo debe recordar que China, Rusia, Pakistán e India son potencias nucleares. La inestabilidad y el conflicto continuo en Afganistán también suponen una amenaza para la paz mundial.

¿Cree que el proyecto de su padre o una versión actualizada del mismo para el país contribuiría a una solución pacífica hoy?

Uno de los mayores errores de Washington y sus aliados ha sido tratar a Afganistán y a su gente como un proyecto. La paz en Afganistán no fue un proyecto para mi padre, sino una visión para su nación que amaba. Él insistía en que esto era posible si Afganistán se declaraba como un estado neutral para vivir en paz con sus vecinos sobre las bases de una cooperación mutua.

Pero su padre contaba con el respaldo de Moscú. ¿Pueden mirar los afganos hacia el futuro con optimismo sin el apoyo de una gran potencia?

Afganistán necesita existir en este mundo global como cualquier otro estado soberano, siendo capaz de escoger a sus aliados y su futuro político. Afganistán podrá vivir sin el respaldo de nadie cuando se convierta en una entidad neutral, con su estatus reconocido internacionalmente y respetado por el Consejo de Seguridad de la ONU y sus miembros.