El Partido Nacional Escocés (SNP) y el Partido Verde en Escocia han anunciado este viernes un acuerdo de poder compartido que permitirá a la actual ministra principal, la independentista Nicola Sturgeon, gobernar los próximos cinco años.
La líder del SNP logró en las elecciones del pasado mayo 64 escaños en Holyrood (Parlamento escocés), a uno de la mayoría absoluta, mientras que los verdes obtuvieron 8 asientos en una Cámara con 31 diputados conservadores y 22 laboristas.
Ambas formaciones han acordado el borrador de un programa político conjunto en el que las prioridades pasan por convocar un nuevo referéndum sobre la independencia de Escocia y profundizar en las medidas contra la crisis climática, detalló en un comunicado el Ejecutivo escocés.
El pacto, que debe ser respaldado por las bases del Partido Verde el próximo 28 de agosto, incluye la designación de dos ministros de la formación ecologista, que entrará por primera vez en el Gobierno escocés. Y, según se subraya en Londres, también en cualquiera de las naciones del Reino Unido.
«Los retos a los que nos enfrentamos pocas veces han sido mayores: la emergencia climática, la recuperación de una pandemia global y el asalto por parte del Reino Unido a los poderes de nuestro Parlamento», ha dicho Sturgeon.
La ministra principal ganó los últimos comicios con la promesa de una nueva consulta independentista en el centro de su programa. En 2014, el referéndum acordado con el entonces jefe de Gobierno, David Cameron, dio como resultado un rechazo a la independencia escocesa por poco margen: un 55,3 % de los votos, frente al 44,7 %.
«La política de hoy en día puede parecer muchas veces empequeñecida, polarizada, dividida e incapaz de estar a la altura. Este acuerdo tiene como objetivo cambiar eso en Escocia. Se trata de mejorar la política y la gobernanza para hallar las soluciones que necesitamos», ha sostenido Sturgeon.
Reforzar relaciones internacionales
Junto a la apuesta por un referéndum antes del fin de legislatura (2026), ambas fuerzas han dejado negro sobre blanco que entre sus objetivos figura «fortalecer las relaciones internacionales de Escocia», su «presencia» y su «voz» en la escena internacional.
Con esa meta, establecerán oficinas representativas del Gobierno escocés en Copenhague y Varsovia que «promoverán los intereses y la reputación de Escocia en las regiones del norte y el centro de Europa».
También aspiran a rediseñar sus políticas económicas para ampliar el «alcance global» de Escocia e incrementar su influencia en África, Asia y Suramérica.
«Escocia tiene un rol significativo que jugar en la comunidad global para promover soluciones sostenibles, los derechos humanos y la paz», indica el borrador de 51 páginas acordado por el SNP y el Partido Verde.
Las dos formaciones ven a Escocia como «una nación independiente por derecho propio, que contribuye en la escena internacional como un socio respetado y de confianza"» aunque admiten que sus ideas respecto al papel que jugaría Edimburgo «no están alineadas» en todos los aspectos, en particular sobre su participación en la OTAN.
Anfitriona de COP26
La colíder del Partido Verde Lorna Slater ha afirmado por su parte que Escocia, que será la anfitriona de la cumbre COP26 el próximo noviembre, en Glasgow, debe mostrar «un liderazgo real en cuanto al clima».
«Este acuerdo es para la gente y para el planeta», ha señalado Slater, que espera construir una Escocia «más verde, más justa e independiente».
El acuerdo de Gobierno con el SNP incluye incrementar la inversión en transporte público y hacerlo más económico para los usuarios, avanzar una regulación que favorezca la energía eólica «offshore» y crear al menos un nuevo parque nacional en Escocia.
También se ha acordado dedicar al menos 1.800 millones de libras (2.100 millones de euros) durante esta legislatura a mejorar la eficiencia energética y el uso de producción de calor sostenible en viviendas y edificios.