El 3 de setiembre de 2020, en el discurso del pleno del Parlamento que acabó invistiéndolo de nuevo como lehendakari, Iñigo Urkullu afirmó sobre el reforzamiento del autogobierno que «la actualización de los derechos históricos debe abarcar un mecanismo de bilateralidad, que obligue a ambas partes a actuar política y legalmente bajo un esquema de concertación».
Lehendakaritza remitió este lunes a los grupos parlamentarios y a los medios de comunicación un resumen del discurso que leerá ante el Parlamento este jueves en el Pleno de Política General con el que arranca el nuevo periodo de sesiones. En materia del ahora denominado «autogobierno necesario», afirmará que «la actualización de los Derechos Históricos debe abarcar un mecanismo de bilateralidad efectiva, que obligue a ambas partes a actuar política y legalmente bajo un esquema de concertación».
La misma frase con un año de diferencia. Ello evidencia, por una parte, la coherencia del discurso del lehendakari. Lo que puede ser positivo. Pero, al mismo tiempo, demuestra que durante estos doce meses, vencida ya una cuarta parte de la legislatura, no se ha avanzado nada en la materia.
Y hay que recordar que el Parlamento ya aprobó por mayoría absoluta un Nuevo Estatus en 2004 con Juan José Ibarretxe como lehendakari. Y que la primera legislatura de 2012 de Iñigo Urkullu en Ajuria Enea arrancó con la promesa electoral de que para 2015 habría una consulta sobre la materia.
Pero desde entonces, en la práctica, no se ha dado paso materializable sobre lo que legalmente debe tramitarse como una reforma estatutaria. El lehendakari planteará este jueves al resto de grupos parlamentarios «un reto compartido: alcanzar en esta Cámara un consenso sólido en torno a un gran proyecto de autogobierno».
Cabría pensar que poco ha trabajado sobre ello Iñigo Urkullu en los últimos meses, puesto que el 3 de setiembre de 2020 aseguró también que «el reto es alcanzar en esta Cámara un consenso sólido en torno a un proyecto político de futuro».
En cuanto a «las relaciones entre Euskadi y el Estado», en 2020 Iñigo Urkullu hablaba de que «se abordan desde los principios de reconocimiento mutuo, lealtad, respeto institucional, cooperación, coordinación, competencia y mecanismos bilaterales de salvaguarda de las singularidades de las materias propias forales, cuando el Estado pueda incidir en ellas en el ejercicio de sus competencias constitucionales».
Un año después, según el resumen avanzado, propondrá «construir las relaciones entre Euskadi y el Estado desde el reconocimiento, el respeto, la lealtad y la cooperación. Esto es, desde la concertación y el pacto bilateral.
Tres autogobiernos en uno
En su discurso del jueves ante el Parlamento, Iñigo Urkullu hará referencia al «autogobierno transferido», el «autogobierno reconocido» y el «autogobierno necesario».
El «autogobierno transferido» es el ya materializado a través de las competencias puestas en manos de la administración autonómica, y ahí hará referencia a que «las invasiones competenciales que ha sufrido Euskadi en las últimas décadas verifican el debilitamiento de la capacidad competencial y, en definitiva, la erosión del Estatuto de Gernika». Todo ello está recogido en un libro publicado por el Departamento de Gobernanza Pública y Autogobierno con el título de “La erosión silenciosa”.
Sobre el «autogobierno reconocido», se referirá a que «el Parlamento Vasco comparte mayoritariamente el objetivo del cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika» y a que «en enero de 2019 el Gobierno Español acordó, por primera vez, un compromiso para culminar todas las transferencias pendientes». Conviene aclarar que Madrid «acordó» ese calendario consigo mismo, no con Lakua, y que ya ha habido varios retrasos, algunos justificados por la pandemia y otros por las resistencias estatales a la descentralización.
De las más de treinta y tres transferencias pendientes, el lehendakari recordará que «hasta la fecha hemos pactado cuatro competencias en el marco de la Comisión Mixta», y que «tenemos un segundo bloque de nueve transferencias y mantenemos el objetivo de poder lograr que sean acordadas este mismo año».
Y sobre el «autogobierno necesario», afirmará que el Parlamento también comparte de forma mayoritaria «la necesidad de profundizar en el Autogobierno, adaptado a la nueva realidad de la Unión Europea y en el marco de un modelo territorial del Estado que precisa una reformulación».
Más dudoso es aceptar que esa mayoría y que incluso los propios socios de gobierno –PNV y PSE– entiendan que, como asegurará Iñigo Urkullu, eso se traduzca en este momento en «pactar la modernización de esa forma de relación singular y bilateral que simbolizan nuestros Derechos Históricos».