Koldo Landaluze

Juan Luis Landa, en la muga fantástica de «Irati» y Orreaga

Paul Urkijo se encuentra inmerso en el rodaje de “Irati”, una superproducción cuya base es el cómic de Juan Luis Landa “El ciclo de Irati”. Este prestigioso dibujante aporta las claves de su obra y nos presenta su nuevo proyecto, “Crónicas de Roncesvalles”.

Juan Luis Landa, trabajando en su estudio. (Jon URBE / FOKU)
Juan Luis Landa, trabajando en su estudio. (Jon URBE / FOKU)

Juan Luis Landa es uno de los más prestigiosos ilustradores y autores de cómic vasco. De su talento e imaginación ha nacido un largo listado de cómics entre los cuales figura “El ciclo de Irati”, una pieza referencial dentro de la obra de este autor que ha sabido captar a través de viñetas la historia vasca y su mitología. Seducido por este universo en el que cohabitan la épica y lo fantástico, el cineasta Paul Urkijo ha abordado su segundo proyecto en formato largo, “Irati”.

Para adentrarnos en lo profundo de los bosques que dotan de sentido el universo por el que transita “Las crónicas de Irati”, el propio Juan Luis Landa ejerce labores de guía para GARA apara ayudarnos a comprender la magnitud de un proyecto que, según el artista, «nació hace 26 años. En aquellos comienzos de los 90 me marqué el objetivo de intentar contar historias de los vascones en Europa. Quería aportar mi granito de arena para hacer ver en el exterior que en esta tierra existe un pueblo que desea reivindicar su protagonismo en la cultura e historia europea, un pueblo que tiene su propia identidad. Ideé un mundo épico-fantástico situado a finales del siglo VIII donde la historia y la mitología se fundían para ir dando a conocer los lejanos orígenes del reino de Navarra. En aquel primer guión surgieron diversos personajes entre los cuales la encantadora y misteriosa Irati tenía el máximo protagonismo. ‘El despertar del Autza’, el primer álbum, supuso mi debut en el mercado europeo de la bande dessinée y un placer absoluto a la hora de plasmar en una sola obra todas mis pasiones, nuestra historia ligada a los orígenes del reino de Navarra, la naturaleza del Pirineo, y nuestra mitología».

En relación a las sensaciones que albergó cuando tuvo conocimiento de que Paul Urkijo quería realizar su versión de “El ciclo de Irati”, Landa recuerda que «fue uno de los momentos más felices de mi carrera profesional. Cómo iba a imaginar en los años 90 que mientras trabajaba en esta serie había un niño allí en Gasteiz leyendo con placer ‘El ciclo de Irati’ y que enamorado del personaje iba a dedicar a Irati una de sus películas tras convertirse en un cineasta de prestigio. Tras el gran éxito de ‘Errementari’ a Paul le llovían las ofertas, a pesar de ello, me confesó que quería hacer ‘Irati’ por encima de todo. Qué voy a sentir sino una profunda emoción. Admiro a Paul Urkijo por su talento, por su determinación, por su pasión por hacer buen cine y su empeño en que no te duermas en la butaca, pero además de eso le admiro también porque es una gran persona, humilde y encantadora».

El sueño de todo autor

Llegado a este punto en el que la obra de un artista pasa a manos de otro y este aporta su visión de la obra, el dibujante y guionista señala que «puede parecer que algo que era tuyo deja de serlo pero la idea original sigue ahí. El sueño de todo autor es que su obra vuele. Como un árbol que da sus frutos para que otros se acerquen a recoger el alimento, los autores deseamos que lo que creamos produzca emociones positivas en la gente y si es posible que la enriquezca. Cuando publicas algo, bien sea una canción, un cómic, un libro o una película, esa obra deja de pertenecernos para ser parte de todos. En ese trayecto cuanto más se usa, en lugar de gastarse más se agranda. Gracias a Paul ‘Irati’ llegará muy lejos. Siento como si él hubiera cogido el testigo de aquel objetivo que me marqué en los años 90 y mejor que nadie esté ahora destinado a concluirlo con gran éxito».

«La película está escrita por Paul Urkijo. Yo solo he hecho algunos aportes en materia de diseño de personajes, vestuario etc. ‘Irati’ ese entrañable personaje que tan cerca llevo, ahora está en las mejores manos, en las de Paul y a mí desde la distancia me toca observar el rodaje con admiración, y no puedo ocultar que también con un disimulado orgullo», añade Landa.

Durante la presentación de “Irati” en la última edición de Zinemaldia, Urkijo reveló que nunca antes se había rodado algo similar en Euskal Herria. Unas palabras que ofrecen una dimensión aproximada de lo que es en sí “El ciclo de Irati”. En opinión de su creador «‘El ciclo de Irati’ es una serie de género épico-fantástico, una serie situada históricamente en el siglo VIII con fuertes dosis de mitología. Llevar ‘Irati’ al cine supone un gran reto para lo que hace falta mucha valentía y talento. Estamos acostumbrados a los grandes presupuestos del cine americano para rodar este tipo de películas donde los recursos económicos y los equipos de rodaje, humanos y técnicos, son inmensos. Hay que poner en marcha toda esa maquinaria y que trabaje coordinadamente. Por suerte Paul Urkijo es un director atrevido, con mucho ingenio y con un gran don de gentes. Lo he comprobado en los rodajes. Paul va a asombrarnos a todos. Es joven y todavía tiene mucha proyección de cara al futuro. Ahora es ‘Irati’, pero quién sabe lo que está por venir».
 

Regreso a Orreaga

Tras el gran esfuerzo que requirió su anterior saga en formato cómic –“Arthus Trivium”–, Landa confesó su intención de darse un respiro para descansar y reflexionar. Fruto de dicho respiro ha sido “Crónicas de Roncesvalles”. Una nueva epopeya de la que ya podemos disfrutar su primera entrega “La leyenda de Roldán”.

En relación a esta nueva epopeya, el autor dice que «con ‘Arthus Trivium’, la serie guionizada por Raule situada en el renacimiento y que giraba en torno al personaje histórico de Nostradamus, volví después de muchos años al mercado del cómic europeo, a la bande dessinée. Tras acabar el cuarto tomo, agotado por diversas causas, decidí tomarme un descanso para reflexionar sobre qué hacer en adelante. Llegué a una conclusión. Trabajar en este mercado supone mucho sacrificio. Si quiero continuar lo haré volviendo a escribir y dibujar sumergido en mis grandes pasiones, que son las mismas que me llevaron a crear ‘El ciclo de Irati’. Así ha nacido ‘Orreagako kronikak’ o ‘Crónicas de Roncesvalles’. El tiempo me ha llevado a alejarme de la fantasía y tejer una malla argumental más centrada en la historia, pero también en el mito, en torno a la leyenda de Roldán, ese gigante de nuestra mitología cuyo eco todavía resuena en lo más profundo de nuestras montañas. Centrada en el Pirineo hogar de aquellos míticos vascones que tantos dolores de cabeza producían a francos, visigodos y musulmanes en su lucha por crear un reino en sus montañas. Son historias que me emocionan y yo siempre he necesitado dibujar mis emociones», manifiesta.

En esta obra topamos con una conexión entre lo mitológico y lo histórico. Todo ello enraizado en Euskal Herria y en concreto, en los acontecimientos que se escenificaron en Orreaga. Para su autor «es una pasión difícil de explicar. Me apasiona lo que ha ocurrido en el pasado. Conocer nuestro pasado es redescubrirnos a nosotros mismos. Nos sirve para entender mejor nuestra identidad, algo tan necesario en este mundo globalizado, homogeneizador de culturas y pueblos, que casi nos invita día a día a renunciar a ella. Me interesa la batalla de Roncesvalles porque al margen de la fuerza de aquel acontecimiento histórico, siempre envuelto entre el mito y la leyenda, su desenlace constituye el factor determinante en la posterior creación del reino de Pamplona, que siglos más tarde se rebautizaría como reino de Navarra. Los descendientes de aquellos vascones que sobrevivieron a la batalla son los que maniobraron políticamente con astucia y valentía para dar por fin a los vascones un reino independiente en aquellos oscuros y aventurados comienzos de la Edad Media».

En esta primera entrega topamos con un Roldán que nunca elude su status de leyenda viva pero cuyo destino parece haber sido dictado. Su efímera gloria parece similar a la de otros héroes que como Aquiles, parece que están predestinados a la tragedia. Un personaje que, en opinión de Landa se bifurca en «dos ‘Roldanes’, uno es un ser histórico porque según nos cuenta Eginhardo, el biógrafo de Carlomagno, en su ‘Vita Karoli’, Roldan (Hrodlandus era su nombre germánico) realmente existió. El otro Roldan es surgido ya de la leyenda, el personaje central del ‘Cantar de Roldan’, el más importante cantar de gesta de la Europa medieval. Roldán en el Cantar es un héroe al estilo de los héroes griegos pero su causa es defender el cristianismo y luchar contra el islam. En ese empeño le sobreviene la tragedia. Roldan existió aunque nada sabemos de él excepto que debió ser prefecto de la Marca de Bretaña. Pero ¿existió realmente su espada Durandal? ¿Montó un caballo de nombre Veillantif? ¿Fue tan temido paladín como nos lo muestran en el ‘Cantar de Roland’? Nunca lo sabremos pero en la ficción siempre podremos jugar con su leyenda. En las nuestras, Roldan es un gigante que se empeña en querer destruir con grandes peñascos los campanarios de las iglesias, aunque siempre termina resbalando sobre una boñiga de vaca y de esa forma falla en el intento. Es curioso ver cómo en nuestras leyendas Roldan ya no es un defensor de la cristiandad sino parece querer destruirla».