En esta sociedad de consumo inmediato, la juventud y la novedad son cualidades cada vez más apreciadas, otorgando cada vez fechas de caducidad más rápida. La pelota no es una excepción y con pelotaris como Aimar Olaizola u Oinatz Bengoetxea dando sus últimos pelotazos y plantillas cada vez con menos experiencia, son las nuevas generaciones las que se llevan casi todas las miradas. Sin embargo, existe una generación intermedia, con pelotaris como Mikel Urrutikoetxea (32 años) y Joseba Ezkurdia (30) que este fin de semana han confirmado que siguen siendo dos pelotaris muy atener en cuenta y candidatos a todo cuando la txapela está en medio.
Tras un verano bastante gris por parte de ambos –sin entrar en semifinales en el Masters y pocos compromisos de peso fuera de él– ambos llegaron a la jaula con bastantes dudas, –el de Zaratamo había renunciado a las dos últimas ediciones por problemas físicos–, pero sus acciones han subido muchos enteros con actuaciones más que convincentes. El de Arbizu, en su debut, pasó por encima de un Unai Laso que parecía una de las alternativas más sólidas a Jokin Altuna y el de Zaratamo minimizó a Víctor en octavos de final, algo que también hizo por momentos con el actual subcampeón, Erik Jaka, si bien la cosa se le terminó complicando más de lo previsto.
Todavía con el susto de la víspera metido en el cuerpo, el de Zaratamo y el de Aspe se han reunido hoy en el Labrit de cara a su enfrentamiento del sábado en la reapertura de la Bombonera, un partido que puede abrirle las puertas de las semifinales al ganador. De hecho, será la tercera vez que el de Sakana y el vizcaino se enfrenten en la jaula y en los dos precedentes, el ganador de este partido ha llegado, por lo menos, hasta la final. En 2018, en la última participación de Urrutikoetxea, ambos se vieron las caras en semifinales, en el Bizkaia y la victoria fue para el de Aspe por 17-22, un triunfo que le encumbró a su primera final y a su primera txapela, también 17-22, ante Jokin Altuna en el Navarra Arena.
Un año antes también se cruzaron, también en Bilbo, pero fue en la liguilla de cuartos y el triunfo sonrió al de Zaratamo, 22-14, y el de Baiko terminó llegando a la final, en la que cayó por un solo tanto ante Altuna III.
«Buena señal»
Quizá por ello, Mikel Urrutikoetxea ha reconocido en el Labrit que «para ambos es buena señal enfrentarnos, señal de que seguimos arriba. Será un partido muy complicado y, a su vez, muy bonito, a ver si podemos ofrecer un buen espectáculo y que la gente lo disfrute».
Por su parte, el de Aspe ha querido destacar la grata impresión que le dejó su rival del sábado la víspera en Tolosa, un partido que quiso ver in situ. «A decir verdad le vi con una gran confianza y, sobre todo, con una actitud muy agresiva en la cancha, muy ofensivo, con hambre de pelota y haciendo mucho daño a Jaka. viendo cómo está Mikel, tendré que hacer un muy buen partido para tener opciones».