Amnesty International y dos asociaciones de referencia en la asistencia a personas migrantes, Anafe y La Cimade, han difundido en París un comunicado conjunto por el que remarcan la gravedad del accidente ocurrido el 12 de octubre en Ziburu, cuando un tren arrolló a un grupo de migrantes que, tras llegar previsiblemente del sur del Bidasoa, buscó descanso en una zona poco iluminada de la vía férrea, por temor a los controles policiales.
Así se desprende del testimonio prestado, al día siguiente del fatal accidente, por una cuarta persona, que se recupera de sus heridas en el Hospital de Baiona.
Sin embargo, tal como informó el martes por la tarde el procurador de Baiona, Jerôme Bourrier, en el lugar del drama se localizaron documentaciones de cinco personas.
Y esta tarde, según ha publicado el diario ‘Sud-Ouest’, ha sido locaizada en Baiona esa quinta persona, cuya identidad conocía la Policía, al haber sido juzgada, meses atrás, en el Tribunal de Baiona.
Ese ciudadano argelino, de 28 años de edad, habría confirmado a la Policía la versión dada por el herido.
Ha explicado, según el citado diario, que él mismo se alejó de las vías, para estirar las piernas, poco antes de que llegara el tren y arrollara a los otros integrantes de ese grupo que se había formado, de forma espontánea, para pesar la muga.
Trataban de esquivar posibles controles y se quedaron a descansar en ese tramo de vía poco frecuentado en el que a las 04.59 del día siguiente ocurrió el drama.
Muertos en los pasos
«En Euskal Herria este nuevo drama viene a engordar el balance de muertos en la frontera franco-española en 2021, tras las sucesivas desapariciones de Yaya Karamamoko, joven marfileño de 28 años de edad muerto el 22 de mayo, y de Abdoulaye Coulibaly, joven guineano de 18 años muerto el 8 de agosto, ambos ahogados en el río Bidasoa» recuerdan AI, Anafe y La Cimade en su comunicado, añadiendo a esa lista la muerte de otra persona, arrollada por el tren, entre Cerbère-Banyuls, en la muga catalana.
Estos dramas dan testimonio del endurecimiento de los dispositivos de controles en las fronteras, que hacen cada vez más difícil el tránsito, lo que acrecienta los riesgos, estiman las asociaciones.
Destacan que es una situación que se repite en otras latitudes del Estado francés, Italia o Gran Bretaña.
Así, según explican, en la frontera franco-italiana han muerto una treintena de personas desde 2015. Sin ir más lejos, el 29 de agosto murió un joven migrante que trataba de entrar en el Estado francés montado en el techo de un tren, en Vintimille.
Además, no menos de 300 personas han perdido la vida desde 1999 tratando de llegar a Gran Bretaña cruzando el Canal de la Mancha. Un joven eritreo que trataba de sobrevivir en el campamento de Grande Synthe se ahogó el pasado 12 de agosto. El 28 de setiembre, Yasser, un joven sudanés de 20 años moría al intentar subirse a un camión para llegar a Gran Bretaña.
«Se trate de controles por el color de la piel, de expulsiones expeditivas, de detenciones arbitrarias o de violencias policiales, los tratos indignos se multiplican en nuestras fronteras, para mayor desprecio de las personas y de la vida», denuncian en su comunicado las asociaciones, que tachan de inaceptables esas «violaciones de derechos humanos».
Amnesty International, Anafe y La Cimade lanzan una advertencia a las autoridades: «El control de las fronteras no puede primar sobre las vidas humanas».
La denuncia de estas asociaciones llega después de que varias centenares de personas se sumaran, en la tarde del miércoles, al acto de duelo por el fallecimiento de los tres migrantes y en demanda de vías seguras que les permitan, siquiera, llegar de la muga al refugio Pausa de Baiona.
Esa movilización, ante la estación de tren de Donibane Lohizune, se desarrolló a iniciativa de asociaciones como Diakité, La Cimade o Etorkinekin, y contó con presencia de agentes sindicales y electos municipales.
El prefecto, de patrulla nocturna
Mientras, y cuando solo había trascurridos dos días del grave accidente que se saldó con la muerte de tres migrantes, el prefecto de Pirineos Atlánticos, Philippe Lemoing-Surzur, y la segunda de a bordo de la Fiscalía de Baiona, Amélie Djaoudo, participaban, enla noche de ayer jueves en una «operación sorpresa nocturna» cerca del área de descanso de Urruña, en la autopista A63.
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— Préfet des Pyrénées-Atlantiques (@Prefet64) October 15, 2021
Une opération de contrôle de sécurité des mobilités a été faite hier soir près de l’aire de repos d’Urrugne en présence de M. Philippe LE MOING-SURZUR, sous-préfet de Bayonne, et Mme Amélie DJAOUDO, substitut du procureur de la République de Bayonne. pic.twitter.com/nAxeEb9hp3
Un operativo publicitado como «control de movilidades» para los medios de comunicación y a través de las redes sociales en el que tomaron agentes de Gendarnería y policías de aduanas y fronteras franceses a los que se sumaron agentes de la Guardia Civil.