NAIZ

Canción de trap para denunciar la precariedad del personal de limpieza del Guggenheim

Las trabajadoras del servicio de limpieza del Museo Guggenheim de Bilbo han realizado una canción de trap con videoclip para denunciar la situación de precariedad que viven. Este martes han cumplido 130 día en huelga.

‘GughenTrap’ es la nueva iniciativa con la que el personal de limpieza del Guggenheim de Bilbo ha querido denunciar la situación de precariedad que vive y visibilizar su huelga, que cumple este martes 130 días. Se trata de una canción de trap en la que explican su situación y señalan la responsabilidad de la empresa y las instituciones en el conflicto.

Son trabajadoras de la empresa Ferrovial Servicios, subcontratada por el museo para gestionar la limpieza. Llevan en huelga desde el 11 de junio y denuncian que tras más de 20 años trabajando en el Guggenheim, los salarios «no permiten llegar a fin de mes y la parcialidad en la contratación y las cargas de trabajo inasumibles empeoran considerablemente las condiciones de trabajo».

En la canción mencionan la brecha salarial que vienen denunciando desde el principio de la huelga. La plantilla del Guggenheim cobra de media unos 600 euros al mes, mientras que la limpieza viaria, «ejercida por hombres en su mayoría», cobra anualmente unos 8.000 euros más, con lo que la brecha sería del 49,81% según ELA.

Crítica a las instituciones

En ese sentido, en la canción critican que el Ayuntamiento ponga el punto morado en sus edificios y que luego no actúe en consecuencia.

No es la única crítica que se les hace a las instituciones. En el videoclip denuncian que Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbo, y Unai Rementeria, diputado general de Bizkaia, se han posicionado con la empresa: «Siervos de la empresa, fieles al capital».

A la Inspección de Trabajo también le cae lo suyo: «Se esconden, bloquean denuncias y no toman parte».

También se menciona el crowdfunding que lanzó el Museo Guggenheim para restaurar la escultura floral Puppy. El coste de los trabajos de restauración del ‘esqueleto’ de acero, el sistema de riego y las diferentes capas que fijan el sustrato que a su vez nutre las plantas (como son el mallazo metálico y tela geotextil) asciende a 100.000 euros, por lo que el museo optó por pedir dinero a la gente. «Solo su perro les importa (…) No tenéis vergüenza pidiendo dinero para el Puppy», dice la canción.