En una rueda de prensa, Jangela ha denunciado que, pese a los avances en los pliegos de contratación para los comedores escolares de centros comarcales, «el dinero ha sido determinante para obtener la adjudicación: quien más ha bajado los precios se ha llevado el gato al agua, quedando los demás aspectos relegados».
Las apymas asociadas a esta plataforma sostienen que «el papel lo aguanta todo», pero que será necesaria una labor de inspección para garantizar que las promesas de mejora del servicio de comedor para una alimentación más saludable y de cercanía realmente se cumplan. Según han detallado, en 31 de los 39 lotes que se han adjudicado, una misma empresa se ha llevado la licitación.
Jangela denuncia que el modelo «ha impedido la participación de pequeñas o medianas iniciativas locales y que las empresas que no han tirado los precios han sido relegadas».
Asimismo, sostiene que en algunos centros el proceso de licitación ha acabado en «un cabreo monumental» por no ser tenida en cuenta la opinión de los consejos escolares.
El conflicto se ha debido a que choques entre la mesa de contratación (compuesta únicamente por personas del Departamento) que ha considerado «subjetivas» las apreciaciones los consejos escolares en aquellos puntos donde su opinión debiera haberse tenido en cuenta. Por este motivo, Jangela afirma que la opinión de la mesa ha sido «impuesta» en algunos de los centros.
Estas apymas han avanzado, además, que van a pedir «una reunión para hablar de estos asuntos e insistir en cómo mejorar los puntos débiles de todo este largo y tortuoso proceso, siempre con la vista puesta en el objetivo de unos comedores escolares sostenibles y saludables».
En cuanto al cumplimiento de los compromisos adquiridos por las empresas adjudicatarias en los pliegos, Jangela demanda mayor inspección y un sistema gradual de sanciones que permita incluso la reversión de la concesión en aquellos lugares donde sea pertinente.