Jacob Chansley, autoproclamado «chamán» y fanático de las teorías conspirativas de QAnon, fue arrestado días después del asalto al Capitolio por parte de los seguidores de Donald Trump que se negaron a asumir su derrota en las elecciones presidenciales.

Al verse enfrentado a cargos que podrían suponerle hasta 20 años de prisión, a principios de setiembre se declaró culpable de «allanamiento ilegal» y «conducta violenta» en un tribunal federal de Washington. Alegando «su sincero remordimiento», sus problemas sicológicos y los 317 días de detención, su abogado apeló a la «compasión del tribunal» para que le imponga una sentencia «mucho más leve».

Según documentos judiciales de los que se han hecho eco algunos medios este jueves, la Justicia reclama contra él 51 meses de prisión.

Armado con una lanza y ataviado con un tocado de cuernos de búfalo, este vecino de Phoenix (Arizona),  participó en la invasión de la sede del Congreso de EEUU, junto a cientos de partidarios de Trump, para evitar que los electos validaran la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre de 2020. A raíz de estos hechos murieron cinco personas.

La pena más alta por ahora: 3 años y 5 meses

Otro de los asaltantes, Scott Fairlamb, originario de Nueva Jersey, ha sido la primera persona sentenciada por agredir a un agente de policía durante el asalto al Capitolio. Como recoge la sentencia que se hizo pública el miércoles, ha sido condenado a 3 años y 5 meses de prisión, la pena más alta dictada hasta el momento contra alguno de los acusados por este acontecimiento.

Durante la lectura de la sentencia, el juez Royce Lamberth calificó de «afrenta a la sociedad y a la ley» las acciones de Fairlamb, dueño de un gimnasio y exluchador de artes marciales mixtas.

El condenado aparece en varios vídeos grabados el 6 de enero gritando consignas animando al asalto, escalando por las gradas que se estaban instalando en ese momento para la investidura de Biden y dando puñetazos a un policía.

En agosto, Fairlamb se declaró culpable de agresión a un agente de policía y de obstruir un procedimiento oficial, en referencia a la sesión de proclamación de Biden, que se vio interrumpida por unas horas. El acusado pidió «clemencia» y, entre sollozos, dijo al tribunal que lamenta «de verdad» sus acciones de ese día y que tiene remordimientos.

La sentencia contra Fairlamb puede establecer un precedente en los casos de otros imputados que cometieron actos de violencia. De los 126 acusados que se han declarado culpables, solo 16 han admitido delitos graves.

Hasta ahora solo tres han sido condenados: el propio Fairlamb y otras dos personas que no estaban acusadas de agresión y que han recibido sendas condenas de 8 y 14 meses.