La CAV regresará formalmente hoy a la emergencia sanitaria sin que eso suponga, por el momento, gran cosa. La consejera Gotzone Sagardui informó del cambio con 49 personas en UCI (había prometido hacerlo cuando se llegara a 50), pero no añadió que esta modificación incluya alguna restricción nueva. El principal cambio viene por otra parte, con la aplicación del pasaporte covid, después de que el Supremo llamara a capítulo al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco al tumbar la sentencia que había anulado la medida y que Lakua estuvo a punto de no recurrir.
A lo largo de la pandemia, se ha entendido que un cambio en la gravedad de la situación debía traer aparejada un mayor nivel de restricción. Y, sin embargo, no tiene por qué ser así. Hay medidas para controlar la epidemia que pueden llevarse a cabo desde la propia Administración Pública, como el refuerzo de la campaña de vacunación y la mejora de los rastreos.
La CAV va por detrás de Nafarroa en este aspecto. De hecho, la sanidad navarra es la que más rápido está vacunando a los mayores de 70 años (va por el 77% ya con la tercera dosis) en todo el Estado. La CAV se mantiene en la media de las comunidades y ha vacunado a la mitad. Osasunbidea, además, ha anunciado nuevos puntos de vacunación para comenzar con la franja de 60-69 años esta misma semana.
Quizá es pronto para establecer una causa efecto, pero aparentemente la tercera dosis está consiguiendo que la incidencia en los mayores de 70 años esté distanciándose mucho –y para bien– de la del resto de grupos etarios. Puede haber otros factores, como el resurgir del miedo, que siempre es más acusado en esas franjas de edad.
Porque la onda epidémica actual no está siendo homogénea. Ni en todos los grupos de edad funciona igual, ni la situación entre los herrialdes es parecida. Gipuzkoa está tres veces por encima de Araba y Bizkaia en cuanto a incidencia y también dobla a Nafarroa. De hecho, los números de Araba y Bizkaia son francamente buenos, si se tiene en cuenta el contexto.
A falta de datos concretos por parte de Osasunbidea y del Ispln navarro sobre impacto del virus entre vacunados y no vacunados, existen diferencias más que notables en el grupo de edad. El virus está golpeando fundamentalmente a menores de entre 6 y 12 años. En esa franja, la incidencia acumulada en la CAV está por encima de los 1.200. Por contra, en los jóvenes, que en olas anteriores acumularon el mayor porcentaje de infecciones, los datos son entre cinco y seis veces menores.
Esta menor presencia del virus en las edades en las que el nivel de socialización es mayor pone un poco en entredicho la utilidad del pasaporte covid que pronto estrenará la CAV. Nafarroa, donde la medida está activa desde el fin de semana pasado, aportó ayer los primeros datos de efectividad.
Por otro lado, Nafarroa mantiene un servicio de vacunación sin cita. Cualquiera se presenta allí y le pinchan.
Ayer se supo que la media diaria de vacunas en este dispositivo estaba en 72, pasando esta semana a 183. Es decir, no llega a un millar de personas más convencidas por la llegada del pasaporte sanitario. Habrá que ver hasta cuándo dura este efecto llamada, pero las personas que pueden vacunarse y no lo ha hecho rondan las 60.000.
Por otro lado, Sagardui indicó que, pese a la declaración de emergencia, las cirugías no urgentes se siguen programando, sin descartar que la evolución obligue a «adaptarse» a una situación más desfavorable.