ERC (13) y EH Bildu (5) suman 18 escaños en el Congreso de los Diputados y su apoyo resulta imprescindible para asegurar la mayoría en la votación sobre la futura reforma laboral, como han recordado ambos grupos este martes al Gobierno de Pedro Sánchez, advirtiéndole de que, aunque busque atraer a la CEOE para contar con un amplio consenso, son ellos, y no la patronal, quienes deben validar los cambios legislativos.
En este contexto, EH Bildu ha exigido la comparecencia urgente de la ministra de Trabajo y vicepresidenta, Yolanda Díaz, para que dé cuenta de los avances en su negociación con sindicatos (CCOO y UGT) y patronal para la derogación de la reforma que implantó el PP en 2012, indicándole que la reforma «no se aprueba sola» y que necesitará de los votos de sus socios parlamentarios.
Su portavoz, Mertxe Aizpurua, ha señalado que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, «podrá tener mucho poder» pero «no va a conseguir pulsar los votos» en el Congreso y, por el contrario, «serán las izquierdas soberanistas las que tendrán que debatir y votar la reforma».
Por ello, ha pedido a la vicepresidenta y líder de Unidas Podemos «que no haga tanto empeño en atraer a la patronal y haga mayores esfuerzos para atraer a las fuerzas de izquierdas». «Tenemos la llave para sacar adelante esta reforma y conseguir una legislación laboral ambiciosa, que deje atrás la reforma del PP y responda a las ambiciones sindicales y sociales», ha manifestado.
En esa línea, ha expresado el temor de que en los próximos días, cuando se ultimará el contenido de la reforma, «la patronal siga imponiendo sus vetos e intensifique sus condiciones para rebajar la reforma y descafeinar su contenido».
Tras señalar que no busca «desmerecer» los trabajos realizados con los agentes sociales, Aizpurua ha pedido a Díaz «que muestre la misma intensidad y el mismo esfuerzo» con los grupos del Congreso, porque considera que «hay mucho diálogo social y poco político».
Puntos que pueden quedar fuera de la derogación
«Tenemos la sospecha de que se están diluyendo aspectos importantísimos de la derogación, partes muy lesivas de la reforma laboral, para que entre la patronal», ha aseverado también Gabriel Rufián en una rueda de prensa en la que ha concedido que pueden «llegar a entender» esta estrategia, pero sin olvidar que «un voto tan importante como el de ERC se debería negociar, y no se está haciendo».
Entre los aspectos que, según ERC, se están dejando fuera de la derogación y que fueron cambios lesivos en la reforma del PP están la recuperación de los salarios de tramitación, la ampliación de la indemnización por despido o volver a contar con la tutela de la Administración en despidos colectivos. También ha reivindicado el reconocimiento de convenios autonómicos frente a otros en caso de mejores condiciones laborales.
Por el PDeCAT, Ferrán Bel ha celebrado que, conforme avanzan las negociaciones, se confirma la posición de su grupo de que «se van a hacer modificaciones, pero no derogando toda la reforma» del PP. También ha dado su aprobación a que el Gobierno español parezca decidido a contar con el plácet de la patronal y ha avalado que, si es necesario, esto demore las previsiones que manejaba el Ejecutivo de aprobar la reforma antes de fin de año. «No lo vemos como inconveniente», ha dicho Bel.
Por su parte, el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha explicado que «hace ya algún tiempo» conversó con la vicepresidenta de Trabajo sobre estos trabajos pero «últimamente ha habido poco contacto». «Espero que la ministra mantenga fuerte el timón y acabe cumpliendo el acuerdo de investidura que se firmó», ha deseado.