Cuando despertó, la mayoría absoluta de PNV y PSE todavía estaba allí
Acuerdo del PNV con EH Bildu para la aprobación de los presupuestos de la CAV, pactos municipales de EH Bildu, PSE y EP-IU, alianzas en Iruñea y en Madrid, pero al final, como el dinosaurio de Augusto Monterroso, al despertar, por ahora y todavía, la mayoría absoluta de PNV y PSE estará allí.
Durante 2021 se han producido algunos cambios en el escenario político de la CAV. La izquierda independentista, en toda su extensión, ha dado pasos hacia la normalización política en el país, en la búsqueda de la resolución de las consecuencias del conflicto, pero también en otros apartados. En el institucional, EH Bildu se ha encontrado con el PSN en un acuerdo presupuestario para Nafarroa, con PSOE y Unidas Podemos para otro en el Estado español; se están dando también pactos diversos a nivel municipal y, más sorprendentemente, también el PNV ha acabado buscando a EH Bildu para sacar adelante las cuentas de la CAV, cuando no la necesitaba.
Queda abierto a interpretaciones el porqué de este paso de los jeltzales. Si pretendía lanzar un mensaje al PSE de Eneko Andueza sobre capacidades de pactar, si ha llegado a la conclusión de que la polarización entre ambos da réditos al PNV pero más a EH Bildu, o si simplemente las respectivas estrategias negociadoras de cada parte les abocaron irreversiblemente a ese final.
Pero todos estos cambios no evitan la realidad que va a imponerse durante 2022. Como el dinosaurio de Augusto Monterroso, cuando despertó la mayoría absoluta de PNV y PSE seguía allí. El reciente 22 de diciembre, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, recibió en el piso más alto de Sabin Etxea a Eneko Andueza, nuevo secretario general del PSE. Y tras la cita, ambos reafirmaron en sendos comunicados «la eficacia y la fortaleza» del pacto que mantienen en las instituciones de la CAV, y que no tendrá un nuevo examen hasta las municipales y forales de 2023.
Esto no significa que los cambios inicialmente descritos sean irrelevantes, sino que quienes deseen que lleguen a algo más profundo tendrán que seguir trabajando por ello.
Leyes y Nuevo Estatus
De momento, en el Parlamento de Gasteiz están depositados ya una docena de proyectos de ley, que la mayoría absoluta de los partidos del Gobierno verá si aprueba en solitario con ayudas de geometría variable, como está haciendo hasta ahora. Y en la recámara está la Ley Tapia Bis, todo un nuevo desafío a la oposición y a la autonomía municipal.
Al margen de las leyes ordinarias, está la cuestión del Nuevo Estatus. El PNV, en su programa electoral, se comprometió a promover una ponencia que aprobara un proyecto de ley de reforma estatutaria, que sería sometida a la aprobación del Parlamento primero, al de la sociedad en una consulta habilitante, luego a la de las Cortes y al referéndum final. Pero los jeltzales no parecen dispuestos a dar este paso en los próximos meses. Aducen que no hay agua en la piscina y, olvidando las bases y principios firmados en 2018, piden moderación a EH Bildu. Porque en la ecuación de Sabin Etxea está la variable de que no le basta con la mayoría amplia del Parlamento, sino que necesita el visto bueno del PSE. Y en ese terreno crucial, el socio mayoritario se escuda en la capacidad de veto del minoritario. Una sociedad estable.