Iker Bizkarguenaga
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Esta ola ya ha provocado casi 150.000 contagios de covid en Hego Euskal Herria

Con 148.885 casos en Hego Euskal Herria, esta ola que empezó con delta y sigue con ómicron es la que mayor afección ha causado. Y lo más llamativo, y preocupante, es que más de un 10% de esos contagios se han registrado en un solo día, el último del que se tienen registros.

Rostros preocupados y ataviados con la mascarilla, imagen habitual en estas últimas semanas.
Rostros preocupados y ataviados con la mascarilla, imagen habitual en estas últimas semanas. (Raúl BOGAJO | FOKU)

Desde que a mediados de octubre los contagios de covid, que se habían reducido al mínimo tras la fuerte oleada de verano, volvieron a aumentar otra vez dando inicio a esta ola –la sexta en Nafarroa, la séptima en la CAV–, 148.885 personas han dado positivo en Hego Euskal Herria. Nunca se había registrado una cifra tan alta en las anteriores andanadas de la pandemia.

Esa cantidad de contagiados representa algo más del 5% de la población y hay que tener en cuenta, además, que se trata de datos oficiales. A nadie se le escapa que los números reales tienen que ser mucho más altos. Y es que hay personas que aun teniendo síntomas o siendo contacto estrecho de positivos están tardando bastantes días en lograr que le hagan pruebas diagnósticas, y el acceso a test de antígenos está siendo complicado estas últimas semanas. Con una positividad del 35,1% en las pruebas realizadas por Osakidetza, y del 38,4% en Nafarroa, es difícil calcular cuál puede ser la afección verdadera actual.

Más de 15.000 casos en un día

Los datos son elocuentes y muestran una situación inédita en lo que se refiere al nivel de expansión del virus, solo comparable con la que se vivió en la primera ola. Afortunadamente, a diferencia de lo que ocurrió en la primavera de 2020, cuando llegó a haber más de medio centenar de fallecidos diarios, la amplia cobertura vacunal está amortiguando el impacto, tanto en el número de decesos como en el ámbito asistencial, aunque los hospitales están ya en un estado de gran tensionamiento.

Con todo, dentro de esta abrumadora riada de cifras, quizá lo más llamativo sea que casi uno de cada cuatro de esos 148.885 contagios se han detectado en lo que llevamos de semana. En solo cuatro días, de lunes a jueves, los Gobiernos de Lakua e Iruñea han notificado 35.451 positivos, el 23,81% del total. Es más, el miércoles pasado se detectaron nada menos que 15.405 casos, por tanto, el 10% de los contagios de covid registrados en esta ola se concentran en un día, el último del que se tienen datos.

Esto indica que la transmisión del virus sigue acelerándose, y no se aprecian signos que indiquen un cambio de tendencia. Y si en las últimas 24 horas se ha detectado el 10% de los positivos de una ola que ya venía batiendo récords, los números que puede acabar dejando en las próximas semanas asustan.

La responsable de este acelerón pandémico es la variante ómicron, que ha llevado la pandemia a otro estadio, aunque de momento, y afortunadamente, solo en el número de contagios.

Si el boletín del Ispln mostraba el miércoles un cambio de 180 grados en la situación de Nafarroa, el informe de Osakidetza corroboraba ayer el profundo impacto de esta variante.

Incidencia acumulada: 2.976

Y es que en la CAV, en solo una semana la incidencia acumulada en catorce días ha pasado de 1.668 casos por cien mil habitantes, que era mucho, a 2.976 casos, con Gipuzkoa encabezando las cifras como lleva haciendo durante toda la ola, con 3.298 casos por cien mil habitantes.

Pero Bizkaia está quemando etapas a una velocidad sorprendente. Ese herrialde, que hace unas semanas mostraba los mejores datos de Hego Euskal Herria, prácticamente ha duplicado su incidencia en siete días, pues ha pasado de 1.465 a 2.813. Un salto difícil de creer. En comparación, la evolución de Araba, de 1.603 a 2.593 casos por cien mil habitantes, casi parece moderada, aunque, claro, no lo es.

Otros datos, como el número reproductivo básico Rt, que está en 1,60 –a partir de 1 se considera que la pandemia está en expansión–, o la razón de tasas (1,99), la más alta en todo el año, resumen la excepcionalidad de una oleada que, además, ha dejado de estar centrada sobre todo en los menores de 12 años, como ocurría al principio por ser un grupo no inmunizado.

En este momento, en la CAV la mayor incidencia se da en el colectivo que forman las personas de entre 20 y 29 años, con 5.940 casos por cien mil habitantes, y las más bajas, en los grupos de 70-79 años (751), 80-89 años (640) y más de 80 años, con 838 casos por cien mil habitantes.

Probablemente, la dosis de refuerzo de la vacuna, que ha recibido el 86,6% de la población mayor de 60 años, y el 93,4% entre los mayores de 80, explica parte de esa menor afección.

«El personal necesario»

En cualquier caso, más allá de la cobertura vacunal y de la menor gravedad de la variante ómicron, la situación es preocupante, pues aunque baje mucho el porcentaje de infectados que acaba hospitalizado el número de contagios es demasiado alto para que pueda ser sostenible.

Ayer, en una entrevista en Radio Euskadi, la consejera de Salud de Lakua valoró que todos estos datos confirman la «gran contagiosidad» de ómicron y la importancia de la vacunación, porque «si no el impacto en el sistema sería terrible». Gotzone Sagardui, que explicó que la nueva variante es la que mayoritariamente está presente en la secuenciación de los nuevos casos, admitió que el sistema tiene «unos datos tensionados» porque la afectación del covid «es muy amplia».

Lo cierto es que en las últimas semanas se están multiplicando los testimonios que hablan de una red al borde del colapso y de unos profesionales que aun trabajando a destajo no llegan a todo. En este sentido, ante los mensajes que instan a contratar más personal, la consejera sostuvo que Osakidetza «nunca ha tenido ninguna limitación» a la hora de contratar personal. «El necesario y el adecuado», apostilló.

«Hemos contratado personal y seguimos contratando personal», afirmó Sagardui, para añadir que «no hay una escasez de recursos humanos porque haya una limitación de recursos económicos» ya que, según sostuvo, «lo primero es la salud».