Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

La realidad de las cárceles suizas

PÁJAROS ENJAULADOS
Suiza-Alemania. 2020. 118’. Tít. Orig.: ‘Bis wir tot sind oder frei’. Dtor.: Oliver Rihs. Guion: Oliver Rihs, Ivan Madeo, Dave Tucker, Norbert Maass y Oliver Keidel. Prod.: Stefan Eichenberger, Ivan Madeo, Urs Frey y Jan Krüger. Int.: Joel Basman, Marie Leuenberger, Jella Haase.

Marie Leuenberger encarna a la abogada radical Barbara Hug.
Marie Leuenberger encarna a la abogada radical Barbara Hug. (NAIZ)

Debe ser la primera película que se estrena en nuestras salas del cineasta suizo Oliver Rihs, por lo que procede poner un poco al día su filmografía. Debutó con la road movie ‘Bombeerchen’ (2002), la cual visitaba carreteras del Estado español, para darse a conocer internacionalmente con ‘Black Sheep’ (2006), una crónica en blanco y negro de la vida en el moderno Berlín.

Su comedia ‘Dating Lanzelot’ (2011) aborda el candente tema de las citas y contactos en Internet, mientras que ‘Ready, Steady, Ommm!’ (2013) es una sátira antimilitarista. Su anterior ‘Affenkönig’ (2016) se suma al subgénero de reencuentros generacionales, con un grupo de amigos de juventud que revive una fiesta salvaje veinte años después.

Por temática no cabe duda de que ‘Pájaros enjaulados’ (2020) es su realización más importante hasta la fecha, ya que recrea una parte trascendental de la historia suiza reciente. Rompe además con el falso mito de la neutralidad suiza, como supuesto ejemplo de cumplimiento con los derechos humanos, cuando en realidad no ha sido así y, como en otras sociedades, han existido las denuncias de Amnistia Internacional, tras la lucha interna de mujeres y hombres por la igualdad y el fin de la represión.

En el combate por las libertades, y en medio de los disturbios  ochenteros contra los abusos carcelarios, resuenan los nombres de la abogada radical y activista de izquierdas Barbara Hug, junto con el preso Walter Stürm, que vivieron un atípico romance que la película de Rihs ficciona a través de las respectivas interpretaciones de la actriz Marie Leuenberger y del actor Joel Basman.

No es la primera historia de amor entre un recluso y su abogada, pero la de Stürm y Hug adquiere una dimensión que va más allá de los sentimental para inscribirse de lleno en un drama político de denuncia, sin que falten calificativos para el Gobierno del país helvético de fascista, y para el Estado en sí como de «gran prisión».

Ella tuvo además que afrontar serios problemas de salud y él se vio precedido por su fama de maestro en fugas, pero les unía su deseo común de ser libres.