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Las pistolas con chips que reconocen al usuario previamente identificado, al mercado en EEUU

Las pistolas que solo pueden ser activadas por personas previamente identificadas podrían comercializarse este año en EEUU, donde los legisladores siguen estancados en la cuestión de la regulación de las armas de fuego pese a las masacres que no cesan de repetirse y al elevado número de suicidios.

Una pistola con chip de reconocimiento, en una imagen tomada en Boise, Idaho.
Una pistola con chip de reconocimiento, en una imagen tomada en Boise, Idaho. (Ginger CHANDLER | LodeStar Works / AFP)

El interés en integrar chips electrónicos en determinadas armas para limitar su utilización, y la fiabilidad de estos, ha sido objeto de debate durante años en Estados Unidos. El objetivo inmediato es evitar que menores de edad, delincuentes y suicidas aprieten el gatillo.

Sin embargo, actualmente no hay evidencia de que los seguidores de la defensa personal armada estén listos para adoptarlas, ni de que estas llamadas pistolas ‘inteligentes’ (‘smart’ handguns) funcionen tan bien como se anunció.

«No tengo una bola de cristal para saber si serán en su mayoría positivas, en su mayoría negativas o, en última instancia, si tendrán el mismo fallo que otras armas ‘inteligentes’ en el pasado», comenta Adam Skaggs, asesor legal de Giffords, una asociación reguladora de las armas de fuego.

La empresa SmartGunz ha utilizado chips RFID (de identificación por radiofrecuencia), como los que se usan, por ejemplo, en las tarjetas de los peajes electrónicos. El usuario debe usar un anillo conectado a la pistola para poder disparar. Sus productos ya están siendo probados por unidades policiales de todo el país y espera comercializarlos al público en la próxima primavera.

La mitad de las muertes, suicidios

Alrededor del 40% de los adultos estadounidenses vive en un hogar donde hay armas, calcula la firma Pew Research Center. En 2020 se vendieron casi 23 millones de unidades, un récord, según Small Arms Analytics & Forecasting, que cree que en el recién concluido 2021 habrán sido 20 millones.

La pandemia y las protestas contra la discriminación racial contribuyeron a un fuerte aumento de los homicidios en 2020, aunque los niveles se mantuvieron por debajo de los picos de la década de 1990.

Si bien las tragedias en las escuelas o lugares públicos son las que suelen aparecer en los titulares, más de la mitad de las 40.000 muertes por armas de fuego cada año son suicidios.

Ginger Chandler, cofundadora del fabricante LodeStar Works, ve los sistemas de autenticación como una barrera física, pero también sicológica en este tipo de incidentes. «En un momento de estrés, la persona autorizada toma el arma, pero existirá este paso adicional –señala a AFP–. Tal vez les dé tiempo para pensar: ‘¿Realmente quiero hacer esto?'».

Más «inteligentes» pero aún mortales

LodeStar Works tiene previsto comercializar en 2023 una 9 mm que podrá activarse a través de una aplicación móvil o, directamente, con un código secreto o mediante reconocimiento biométrico de la huella dactilar.

Probablemente, las compañías del sector no podrán contar con los legisladores para que aprueben estos nuevos equipos. El tema divide a los votantes hasta el punto de impedir cualquier evolución de las leyes.

En 2000, el fabricante estadounidense Smith & Wesson y el Gobierno de Bill Clinton habían acordado que las pistolas ‘inteligentes’ serían parte de las reformas para reducir la violencia, pero el proyecto no prosperó ante la oposición del poderoso lobby de las armas.

De igual forma, en 2002, una ley del estado de Nueva Jersey, que habría prohibido las pistolas sin mecanismos de autenticación provocó polémica y en 2019 se transformó en una simple obligación para las armerías estatales de vender estas armas de nueva generación cuando se comercialicen.

El episodio del fracaso del fabricante alemán Armatix tampoco ayudó a esta tecnología: en 2017 un hacker eludió su sistema de identificación con imanes.

Más allá de estos antecedentes, el concepto no es unánime ni siquiera entre los partidarios de la regulación de las armas de fuego. Porque ‘inteligentes’ o no, estas armas siguen siendo mortales.

Además «pocos propietarios o familias en situación de riesgo comprarán estas pistolas, más caras que las demás», mientras que «atraerán especialmente a aquellos que ya se preocupan por la seguridad», subraya Daniel Webster, investigador especializado en el tema en la Universidad Johns Hopkins.