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Oslo acoge un encuentro entre los talibán y grupos de la sociedad civil afgana

En su habitual papel mediador, Noruega ha invitado a los talibán en su primer viaje europeo desde que reconquistaron el poder. Los rigoristas, que exigen el fin de las sanciones económicas, deberán encararse con representantes de la sociedad civil afgana.

Imagen de un mercado en Kabul.
Imagen de un mercado en Kabul. (Mohd RASFAN | AFP)

El Gobierno noruego ha invitado a los talibán a una serie de encuentros que se desarrollarán en Oslo a partir de mañana domingo y en los que representantes del movimiento rigorista debatirán con representantes de la sociedad civil afgana y de la comunidad internacional la actual crisis alimentaria y la situación de los Derechos Humanos en el país.

Entre los grupos afganos que se encararán con los talibanes figuran líderes feministas periodistas y personas involucradas en cuestiones de derechos humanos, ayuda humanitaria y temas económicos, sociales y políticos

La ministra de Exteriores noruega y anfitriona del evento, Anniken Huitfeldt, ha descrito este evento, que se celebrará hasta el martes 25 de enero, como un intento de aproximar posturas entre los talibán y diversos actores de la sociedad civil en el país. «Para ayudar a la población afgana resulta esencial que tanto la comunidad internacional como los afganos de diferentes estratos sociales participen en un diálogo», ha manifestado.

Como ya hicieran previamente otros líderes internacionales, Huitfeldt ha matizado que estas reuniones «no representan una legitimación ni un reconocimiento de los talibán» tras su reconquista del país, que culminó el 15 de agosto del año pasado, pero entiende que «es necesario hablar con ellos, como autoridades 'de facto' del país que son, porque no podemos permitir que la situación política acabe desembocando en un desastre humanitario todavía peor».

Los talibán han aceptado la oferta y la delegación estará encabezada por el ministro de Exteriores en funciones de los talibán, Amir Jan Mutaqi, de acuerdo con un comunicado del Ministerio recogido por la cadena Tolo News.

El ministro talibán viaja hoy al país nórdico, según han confirmado  fuentes del Ministerio a la cadena afgana Ariana, en lo que se tratará de la primera visita de un responsable talibán a un país europeo desde su asunción del poder.

Afganistán es ahora un escenario de múltiples crisis, desde la guerra a la pandemia pasando por sequías y heladas invernales que se han retroalimentado entre sí hasta dejar a 24 millones de personas bajo el nivel de la inseguridad alimentaria aguda. Un millón de niños podrían morir de hambre este invierno, la mitad de la población del país podría enfrentarse a una situación de hambruna en los próximos meses y nueve de cada diez afganos se exponen a acabar por debajo del umbral de la pobreza en 2022.

La ministra noruega describe así un panorama «extremadamente preocupante» en un país donde millones de personas se enfrentan ya «un desastre humanitario total y absoluto» y la férrea dirección de los talibán amenaza con marginar a grupos vulnerables y minorías. En este sentido, Huitfeldt también ha asegurado que el Gobierno noruego tiene intención de «dejar claro» a los talibán sus expectativas "sobre todo en relación a la educación femenina y al derecho de la mujer a participar en sociedad.

Responsabilidad internacional

Los talibán culpan a la comunidad internacional de haber llevado a Afganistán hacia una de las peores crisis económicas y humanitarias de su historia, al no haber brindado asistencia fundamental al país asiático durante las dos últimas décadas de conflicto.

En la primera conferencia económica del país desde la llegada al poder de los rigoristas afganos el pasado 15 de agosto, el primer ministro interino talibán, Hassan Akhund, acusó el miércoles a la comunidad internacional de precipitar la crisis económica y humanitaria que vive Afganistán al suspender los fondos para la reconstrucción del país.

Akhund llamó también a los países islámicos a reconocer el Gobierno de los talibanes, ya que considera que el país ha cumplido "todas las condiciones" necesarias.

El viceprimer ministro de Afganistán, Abdul Salam Hanafi, agregó durante el encuentro que la asistencia de la comunidad internacional en las últimas dos décadas «ha sido política», y que con el cambio de Gobierno «casi ha cesado toda actividad» en el país.

«El nivel de dependencia de Afganistán durante los últimos veinte años ha sido insoportable, ya que el 75 % del gasto público de la Administración anterior se financió con fuentes externas» y estas ayudas tenían condiciones «que a menudo eran políticas», afirmó.

Por su parte, la enviada de la ONU  para Afganistán, Deborah Lyons, defendió en la reunión que la comunidad internacional necesita ver que las mujeres y las niñas participan en la sociedad para poder reconocer al Gobierno talibán.

«Las niñas y las mujeres son la mitad de la población de Afganistán y pueden desempeñar un papel clave en el desarrollo económico de Afganistán, ya que también es una condición de las comunidades internacionales», subrayó.

Lyons remarcó que la ONU está negociando con los países donantes de Afganistán para que reactiven los fondos de asistencia y levanten las sanciones impuestas contra los rigoristas –entre ellas el secuestro de los fondos soberanos afganos por parte de EEUU–, con lo que espera que los problemas económicos que afronta el país se puedan reducir pronto.

Aun así, el Gobierno talibán ha insistido en que la ayuda humanitaria «es una solución económica a corto plazo», y la necesidad real de Afganistán reside en la inversión para "implementar proyectos de infraestructura" orientadas a la creación de una economía sostenible, concluyó el jefe de la diplomacia talibán, Amir Khan Muttaqi.