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Exhumados en Bilbo los restos de un gudari de ANV fallecido en Zornotza en 1936

Esta mañana se ha procedido en el cementerio de Begoña a la exhumación de los restos de Tomás Rubin Marín, un gudari que falleció en 1936 debido a las heridas sufridas en batalla y cuyos familiares han tardado 85 años en descubrir dónde estaba enterrado.

Los restos mortales de Tomás Rubin, en el cementerio de Begoña.
Los restos mortales de Tomás Rubin, en el cementerio de Begoña. (FOKU)

Tomás Rubin Marín era vecino de Bilbo y trabajaba como albañil. Durante la guerra de 1936 combatió como gudari en el batallón número 6 ANV-1 Olabarri. Fue herido en Legutio (Araba) y posteriormente trasladado al hospital militar de Zornotza, donde falleció el 3 de diciembre de 1936. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Begoña, en su ciudad natal, pero su familia nunca supo el lugar concreto en el que se encontraba.

Más de 85 años después, sus restos han sido exhumados este sábado. En el momento de su fallecimiento tenía 31 años. Estaba casado con Bernardina San Ajuria y tenía tres hijos de corta edad: Ignacio, Benancio y Angel. Tres meses después, su esposa, de 30 años, sufrió un infarto y también murió, dejando huérfanos a los tres hermanos pequeños. Al acto de esta mañana ha asistido el menor de ellos, acompañado de otros familiares.

Fue una de sus nietas, Rocío Rubin, quien acudió a una de las visitas guiadas que se realizaron el pasado mes de diciembre en el cementerio bilbaino, en el marco del proyecto Begoñako Argia. Allí contó su historia familiar a Anartz Ormaza, coordinador del proyecto, quien la orientó. Rubin contactó entonces con Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos del Gobierno de Lakua.

Los tres hijos de la víctima desconocían el lugar en el que descansaban los restos de su padre. Gracias a indagaciones que hizo la propia Rocío Rubin, averiguaron que fueron inhumados en Begoña, pero sin precisar el lugar concreto en el que se encontraban.

En el acto de exhumación de esta mañana los familiares de Tomás Rubin han tenido el acompañamiento de la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal; de Aintzane Ezenarro, directora de Gogora; y de Pako Etxeberria, forense y miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

Proyecto Begoñako Argia

La exhumación de esta mañana se enmarca en el proyecto Begoñako Argia, para recuperar los restos de las víctimas de la guerra inhumadas en este cementerio, que estuvo en funcionamiento entre 1813 y 2003 y que fue clausurado en 2006.

La documentación extraída de los registros civiles, libros parroquiales, y los registros del propio cementerio, volcada y puesta a disposición pública a través de una base de datos, apunta a que son sesenta las personas víctimas de la guerra enterradas en este camposanto. Según esta investigación, se encontrarían combatientes y también víctimas civiles, muertas en bombardeos.

Beatriz Artolazabal ha subrayado que «es un orgullo poder contribuir a devolver la dignidad a personas como Tomás Rubin, que lucharon por defender la democracia en Euskadi. Él luchó por el autogobierno y la libertad de Euskadi como gudari de un batallón de Acción Nacionalista Vasca, y su familia siempre ha mantenido su recuerdo vivo».