Snowboard, esquí alpino y de fondo son las disciplinas en las que competirán los tres participantes vascos –Lucas Eguibar, Adur Etxezarreta, Imanol Rojo y Manex Salsamendi– en los Juegos Olímpicos de invierno de Beijing que comienzan este viernes, con serias opciones de que puedan conseguir medallas algunos de ellos.
Eguibar, actual campeón del mundo, tiene muchas opciones de hacerse con una presea olímpica, siempre y cuando sus problemas de espalda se lo permitan. «He pasado por unos altibajos que nunca había tenido, incluso hasta replantearme si podía seguir, he estado bastante fastidiado», ha llegado a confesar en la web de Basque Team.
Sin embargo, su quinto puesto de hace apenas una semana en la Copa del Mundo de Cortina d´Ampezzo hace que abrigue esperanzas de cara a llevarse un metal olímpico a sus vitrinas. Una caída en las semifinales le privó de estar en la lucha por el triunfo, aunque sí que acabó imponiéndose en la Small Final.
«Una medalla olímpica es como la guinda al pastel de la vida de un deportista, sería algo increíble añadirla a mi medallero», ha reconocido el snowboarder guipuzcoano. «Ahora me encuentro más relajado porque sé lo que tengo que entrenar y el camino que debo coger, pero sigo teniendo el mismo hambre por ganar e incluso más», ha subrayado.
De hecho, no le supone mayor presión partir como campeón del mundo. Al revés, supone una ventaja, pues el resto de sus rivales le miran «de otra manera, tienen más miedo», ha resaltado. «Que ganase el año pasado el campeonato mundial y el Globo de Cristal no fue de casualidad. Creo que tengo opciones y muchas de ganar una medalla olímpica», precisa.
Se ha visto obligado a llevar a cabo un cambio radical en sus entrenamientos por las dificultades físicas que ha pasado, pero reconoce que el trabajo «está yendo bien» y que esta «muy ilusionado» ante el inmediato reto que se le presenta. Cuando llegue el momento de competir en Beijing, «quiero estar centrado y disfrutar de la bajada, saberme la pista de memoria y que me respete un poco la espalda. Luego, la carrera decidirá», apunta.
Eguibar competirá el próximo jueves, día 10, jornada en la que se disputarán tanto las carreras clasificatorias como la final en la modadlid de snowboardcross.
Con bastante más experiencia a sus espaldas, no en vano esta será su tercera participación olímpica, Imanol Rojo es consciente de que su listón se encuentra en repetir el top20 que firmó en Oberstdorf, aunque sin impedirle soñar con entrar entre los diez primeros. «Sería mucho pedir y no quiero que me suceda como en Pyeongchang, que me esperaba mucho y luego fue un chasco», rememora.
El fondista tolosarra también ha variado la metodología de su preparación durante estos dos últimos años. «He estado entrenando con la Federación Andorrana y la mejora ha sido notable –abunda–. La verdades que estoy muy contento y en buena forma, a ver si se mantiene».
¿Y cómo afronta la prueba de Beijing? Pues se lo va a tomar «como si fuese una Copa del Mundo, dándolo todo e intentando mejorar» pasados puestos, consciente de que estos son sus terceros juegos, lo que ya de por sí supone una marca más que destacable.
Rojo comenzará a competir este domingo en la prueba de Skiatlón 15 kms + 15 kms, repetirá el día 11, viernes, en los 15 kilómetros de estilo clásico y finalizará su participación el día 19, sábado, en los 50 kilómetros de estilo libre.
Cuando pase la cita olímpica, a sus 31 años quizás haya un replanteamiento en su trayectoria deportiva. «Son muchos viajes, mucho cansancio y es un deporte muy duro. El cuerpo también pide parar un poco», describe.
Salsamendi, con Brasil
Todo lo contrario que Manex Salsamendi quien, a sus 19 años, no ha hecho sino comenzar a despuntar y estos serán sus primeros Juegos Olímpicos. Nacido en Río Branco, de padre navarro y madre brasileña, residente en Etxauri, competirá con la selección sudamericana en la misma modalidad que Rojo, esquí de fondo.
Desde los ocho años comenzó a practicar este deporte en el Club Pirineos de Roncal y su progresión le ha permitido entrar dentro de las marcas exigidas por la Federación Brasileña, a la que defenderá llevando el apellido materno, Silva. Así, disputará los 15 kilómetros estilo clásico, Sprint 1,2 kilómetros, Skiatlon 15 kilómtros estilo clásico más 15 kilómetros estilo libre y 50 kilómetros.
Consciente de su bisoñez y falta de experiencia, Salsamendi se plantea la cita olímpica como una inmejorable oportunidad para aprender, aunque intentará hacerlo lo mejor posible en las pruebas de sprint y en los 15 kilómetros, que son su especialidad.
Estará muy bien asesorado, en todo caso, ya que le acompañará en todo momento el técnico navarro Julen Garjón, quien comenzó a entrenar a Salsamendi desde pequeño y que ya lleva dos años siendo preparador de la selección brasileña, a la que guiará en Beijing.
Recientemente, Garjón ha sido incorporado a la sociedad pública NICDO para ser director de Larra-Belagoa, cargo en el que ha sustituido a Ana Lusarreta, que llevaba ostentándolo desde 2008.
Por último, la tarjeta de presentación de Adur Etxezarreta viene avalada por su reciente éxito a mediados de enero en la Copa del Mundo disputada en Tarvisio, donde se convirtió en el primer esquiador vasco en lograr la medalla de plata en la modalidad de descenso.
«Es un resultado que me da mucha confianza de cara al futuro, pues me ayudará a bajar del ránking y de cara a futuras Copas del Mundo, al salir más adelante y disponer de más opciones», ya manifestó después de cosechar ese histórico segundo puesto.
Con 26 años recién cumplidos, su escalofriante progresión le permite al de Areso llegar en un momento dulce a Beijing, donde será de los primeros en competir, el próximo domingo en el descenso –la especialidad que mejor se le da– y el día 8, martes, en el supergigante.
Los primeros entrenamientos ya le etán dando la razón, marcando el segundo mejor tiempo –1:44:08–, únicamente por detrás del suizo Stefan Rogentin. Si el navarro mantiene este nivel, las posibilidades de medalla serán muy elevadas.