Después de varias jornadas de indefinición, en los que los boletines epidemiológicos no acababan de marcar una dirección concreta, los datos aportados ayer por Osakidetza indican que la opción de un repunte de contagios parece haberse disipado.
Y lo cierto es que había sido una posibilidad real. El informe publicado el jueves de la semana pasada advertía un cambio de tendencia en la transmisión del virus, ya que la tasa de incidencia acumulada en siete días había pasado de 1.574 a 1.585 casos por cien mil habitantes en la CAV, con Gipuzkoa sumando dos jornadas seguidas al alza. No eran cifras demasiado altas, pero suficientes para frenar brúscamente la mejora iniciada en la segunda semana de enero.
En el siguiente informe, este lunes, se constataba esa situación de impase, tal como publicamos en estas páginas, aunque la incidencia al menos ya no picaba hacia arriba. Los datos de ayer, sin embargo, no pueden interpretarse más que de forma positiva, pues muestran una mejora en todos los indicadores.
Tasa de incidencia y Rt
Con los 3.371 positivos detectados el miércoles, la incidencia acumulada en catorce días cae hasta 2.863 casos por cien mil habitantes, quinientos puntos por debajo del nivel de la semana pasada. Siguen siendo cifras muy altas, pero los 28.105 contagios de la última semana representan el 34,7% de los que hubo entre el 30 de diciembre y el 5 de enero. Durante esa semana se registraron 80.955 contagios en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
Esta caída de más del 65% en los casos detectados tiene cierta trampa, pues entre ambas fechas el Departamento de Salud de Lakua decidió no contabilizar una parte sustancial de los test de antígenos realizados en casa ni confirmar mediante PCR aquellos que no procedieran de personas en situación de riesgo o que necesitaran pedir la baja.
Con todo, apesar de que esta decisión impide medir con certeza la afección real del virus, no hay duda de que la evolución actual es positiva, pues hace semanas que entró en vigor y no afecta a la comparativa de datos respecto a los últimos informes.
En este sentido, la incidencia a siete días, que afina mejor la evolución a corto plazo que la tasa a dos semanas, también se ha reducido en los últimos días, y lo hace a velocidad creciente, como ocurre en Nafarroa. Según el informe de Osakidetza, el miércoles estaba en 1.277 casos por cien mil habitantes, 121 menos que la víspera y trescientos menos que la semana pasada.
Además, el número reproductivo Rt, que mide si la epidemia está en expansión o en retroceso, ha pasado de estar rozando el 1 –0,98 el 30 de enero– a quedarse en 0,83 este miércoles.
Es evidente, por tanto, que la afección del covid está cayendo, más allá de lo poco exactos que son los datos, y eso se está reflejando también en los hospitales.
En este momento hay 549 pacientes en planta en los centros de Osakidetza, 173 menos que hace dos semanas, y es la cifra más baja desde el 1 de enero. El primer día del año había 493 camas ocupadas, pero al día siguiente pasaron a 560, y desde entonces no había caído por debajo de las 550. Y hay que reroceder más en el tiempo, más de mes y medio, para hallar menos pacientes en las UCI que los 87 del martes. El miércoles subió a 88, pero la tendencia es clara.
Pese a ello, la presión asistencial sigue siendo muy alta.