La decisión de expulsar del partido a Sergio Sayas y Carlos García Adanero si no devuelven su acta de diputado que tomó el viernes el Comité Ejecutivo de UPN fue ratificada al día siguiente por los más de 200 integrantes del Consejo Político en su reunión del Navarra Arena. De este modo, la representación de la militancia del partido cierra filas con la dirección de Javier Esparza y se posiciona en contra de los rebeldes. Y de un modo bastante rotundo, además. Con más de un 82% de los votos. Se podría recordar que cuando Sayas disputó el liderazgo a Esparza en el congreso de junio de 2020 (no han pasado ni dos años) obtuvo más el 40% de los votos.

Pero la crisis de UPN no se ha cerrado con la reunión del Navarra Arena. Ni mucho menos. Tanto Sayas como García Adanero han mostrado públicamente su voluntad de defenderse como gato panza arriba de la decisión de expulsarles si no devuelve su acta de diputado. Apelan, de manera un tanto romántica, a que ellos se deben a los votantes de UPN y a no a sus estructuras. Sayas, incluso, ha hecho alegatos a favor de la libertad de conciencia de los cargos electos ante «imposiciones» de la dirección del partido.

Más allá de la demagogia, Sayas y García Adanero tienen una herramienta en UPN para seguir combatiendo en defensa de su posición: el Comité de Garantías y Disciplina. UPN es una formación en la que se hace gala de que los afiliados tienen siempre la capacidad de decisión. Cualquier afiliado puede presentarse a cualquier cargo del partido sin necesidad de avales, por ejemplo. Y se proclama con orgullo la libertad de que tienen los afiliados para exponer sus posiciones contra la dirección.

En este contexto, el Comité de Garantías y Disciplona es el órgano que «protege» al afiliado de base de cualquier «desmán» que pudiera cometer la dirección. Y ahí acudirán Sayas y García Adanero. «Es el órgano vinculado a la salvaguarda de los valores y la imagen pública de UPN, de la adecuación de las decisiones de los órganos de UPN a los principios de democracia interna y defensa del interés general y de la valoración de las actuaciones de sus afiliados a los que se exige el cumplimiento de sus obligaciones. De igual forma, actúa como garante de los derechos de éstos en los procesos participativos y electivos estatutariamente previstos», lo define el propio partido.

«Asimismo, es el competente en la apertura, la tramitación y resolución de los procesos de garantías y disciplina, de conformidad con el procedimiento reglamentario que apruebe el Consejo Político a su propuesta, así como con las disposiciones contenidas en estos estatutos relativas a las infracciones y sanciones establecidas», añade la web de UPN. Esta definición viene como anillo al dedo a Sayas y García Adanero.

El Comité de Garantías y Disciplina tiene cinco miembros que deberán ser los que decidan, en última instancia, si Sayas y García Adanero pueden seguir en UPN. Se trata de Jaime Ubillos, de Iruñea; Guillermo Cháverri, de Aranguren; Jesús Marco, de Cintruénigo; Inmaculada Pérez, de Milagro; y Iosu Igoa, de Bera.

García Adanero ha proclamado que lleva décadas militando en UPN y ha mostrado su voluntad que sea el despacho de abogados que creó Jesús Aizpún, uno de los fundadores y presidente del partido entre 1985 y 1997, quien le defienda. En busca de la legitimidad histórica. Sayas también hizo gala de sus más de veinte años en UPN cuando acudió el sábado al Navarra Arena.

Curiosidades de la cícilica vida política, García Adanero se encuentra ahora en una posición muy similar a la que tuvo que afrontar en 2008 Santiago Cervera. En aquel entonces, Cervera se negó a votar en Madrid a favor de los presupuestos de José Luis Rodríguez Zapatero tal y como ordenó la dirección de UPN desde Iruñea. Cervera fue expulsado, contribuyó a refundar el PP en Nafarroa y se vio envuelto en el oscuro episodio de un sobre en la muralla de Iruñea. La hemeroteca muestra que García Adanero, entonces portavoz de UPN en el Parlamento navarro, defendía que el Comité Político castigase a Cervera por no hacer caso a las directrices de la dirección de UPN a la hora de votar en Madrid. Catorce años después le toca a él.