Dabid Lazkanoiturburu

El hijo del dictador Marcos y sucesor del presidente Duterte es el favorito en Filipinas

El hijo del dictador filipino Ferdinand Marcos es el favorito en las presidenciales de mayo. Agrupa a los nostálgicos de la dictadura y a los seguidores del actual presidente, Rodrigo Duterte, quien le ha nombrado sucesor y ha puesto a su hija como segunda de «Bongbong» Marcos.

Ferdinand «Bongbong» Marcos, hijo del dictador
Ferdinand «Bongbong» Marcos, hijo del dictador (Rouelle UMALI | AFP)

Los aspirantes a la presidencia de Filipinas han dado comienzo a la campaña electoral de cara a los comicios del 9 de mayo, en los que parte como favorito el hijo del fallecido dictador Ferdinand Marcos para suceder al presidente autoritario, Rodrigo Duterte.

35 años después de que los filipinos pensaran haber pasado página definitiva de la dictadura, la candidatura del único hijo varón del dictador filipino, Ferdinand «Bongbong» Marcos, de 64 años, ha abierto antiguas heridas en el archipiélago entre los opositores a esta familia que saqueó las arcas del país y sus seguidores, que rememoran el régimen como un periodo de «bonanza y estabilidad».

Impulsado por su estruendosa campaña en las redes sociales y su alianza con Sara Duterte, la hija mayor del presidente y candidata a la vicepresidencia, «Bongbong», una de las figuras más populares del archipiélago, pretende «unificar el país».

«No es el momento ni el lugar para polemizar en torno a la historia de Filipinas», asegura Marcos Junior, a quien en 2016 le faltó un puñado de votos para ser elegido vicepresidente.

Seis años después, encabeza las encuestas de intención de  con el 54%, mientras que su más inmediata perseguidora, la vicepresidenta Leni Robredo, se queda en un 20%, según la firma Pulse Asia Research.

Abogada de los sectores desfavorecidos y enemiga jurada tanto de Marcos como de Duterte, Robredo aventaja al alcalde de Manila, Isko Moreno, al campeón de boxeo retirado Manny Pacquiao y al antiguo jefe de la policía Panfilo Lacson.  

Heredero de Duterte

El revisionismo respecto a la figura del dictador Ferdinand Marcos, que impuso una férrea Ley Marcial en 1972 y reprimió cualquier conato de disidencia, ha sido impulsado en los últimos años por el actual presidente, Rodrigo Duterte, quien autorizó el traslado de sus restos mortales al Cementerio de los Héroes de Manila en 2016 y llegó a calificar al único hijo varón del dictador como «sucesor adecuado».

Muchos partidarios del régimen autoritario de Duterte consideran a Marcos JR. como el «hombre fuerte» y continuador de la obra del actual presidente.

Más desde que Sara Duterte-Carpio, hija del actual presidente, conforma dupla con él como candidata a la vicepresidencia.

Según Transparencia Internacional, Ferdinand Marcos (que gobernó entre 1965-86) se apropió de forma ilícita de unos 10.000 millones de dólares, un salvaje saqueo que lo convierte en el segundo líder más corrupto de la historia, solo por detrás del indonesio Suharto.

El candidato Pacquiao se comprometió el pasado viernes a impulsar la recuperación de miles de millones presuntamente robados al Estado por los Marcos.

Una promesa realizada por anteriores presidentes y que hasta la fecha ha logrado recobrar unos 3.400 millones de dólares, conforme a los datos de la Comisión Presidencial de Buen Gobierno.

Además, la comisión electoral filipina estudia media docena de denuncias que tienen como objetivo que Marcos hijo sea descalificado de la carrera presidencia a raíz de haber cometido evasión de impuestos.

El ente electoral ha retrasado el anuncio de su decisión lo que ya ha obligado a la jubilación de dos comisarios, que a posteriori han declarado que Marcos no debería ser presidente al haber sido condenado en 1997 por ese delito.

En las elecciones del 9 de mayo también se elegirán doce senadores, más de 300 diputados y miles de cargos  provinciales y municipales.