Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

Hugo Pratt, siempre un poco más lejos a través de dos obras literarias

Dos obras literarias, ‘La aventura soñada. Un retrato de Hugo Pratt’ (Siruela) y ‘Una cita pendiente. Viaje por los Mares del Sur’ (Confluencias), nos recuerdan la plena vigencia de la obra y figura del veneciano Hugo Pratt, creador del mítico personaje de cómic Corto Maltés.

El artista veneciano Hugo Pratt, creador de Corto Maltés.
El artista veneciano Hugo Pratt, creador de Corto Maltés. (CONG-PRATT)

‘Una cita pendiente. Viaje por los Mares del Sur’, publicado por la editorial Confluencias, recoge la ruta por los Mares del Sur en la que Hugo Pratt plasmó sus vivencias y bocetos, un territorio que con posterioridad recrearía en clave de viñetas para su personaje más recordado, Corto Maltés.

Esta obra se enmarca dentro de la serie de libros que esta editorial almeriense ha dedicado al artista veneciano tras ‘El deseo de ser inútil’ y ‘A la sombra de Corto’, dos libros que recogen las conversaciones que durante varios años mantuvieron Dominique Petitfaux y Hugo Pratt sobre los aspectos más variados de su obra y su compromiso.

Por su parte, ‘Una cita pendiente. Viaje por los Mares del Sur’ se descubre como una cuidada obra impresa en papel de dibujo y en las que se han integrado viñetas, mapas, acuarelas, ilustraciones antiguas y hasta un álbum fotográfico familiar del dibujante.

Un auténtico cuaderno de bitácora en el que asoman las reflexiones de Pratt y se realiza un repaso literario, histórico, artístico y geográfico de los Mares del Sur.

Publicada por primera vez en Italia en 1994, un año antes de la muerte del dibujante, ‘Una cita pendiente’ tan solo contó con una segunda edición, lo que provocó que de manera inmediata se convirtiera en objeto de coleccionismo, tanto para los amantes de la literatura de aventuras como de los aficionados al cómic.

Por su parte, ‘La aventura soñada. Un retrato de Hugo Pratt’ (editorial Siruela), se revela como una biografía de aventuras, una celebración de ese mundo sin fronteras que fue la vida y la obra de Hugo Pratt, un particularísimo y seductor universo en el que conviven con naturalidad las civilizaciones del pasado y las del presente, la utopía y el pragmatismo, la acción y el desapego, la bufonería y la melancolía, el comportamiento caballeresco y la codicia, el amor y las ganas de escapar de él.

Con esta obra, su autor Thierry Thomas se alzó con el prestigioso Premio Goncourt de Biografía Edmonde Charles-Roux. Escritor y director de documentales, Thomas realizó un perfil de Hugo Pratt –a quien conoció personalmente– para la cadena Arte y fue guionista del largometraje de animación ‘Corto Maltés: La corte secreta de los arcanos’, dirigido por Pascal Morelli.

Junto a Patrizia Zanotti ha coordinado la publicación de varias antologías dedicadas a Pratt, así como un estudio sobre el álbum ‘Fábula de Venecia’.

Un marino de Malta

En cierta ocasión, Umberto Eco declaró «cuando quiero relajarme leo a Engels, cuando quiero algo serio leo a Corto Maltés». Creado en 1967, este incansable trotamundos se convirtió en uno de los personajes más reconocidos y celebrados del cómic mundial y una prolongación idealizada de su propio creador, Hugo Pratt.

El autor veneciano fue, además de un hombre profundamente marcado por la literatura y por los viajes, un observador que nunca fue ajeno a la convulsa realidad sociopolítica que vivieron tanto él como su personaje.

En relación a ello, Pratt recordó en una excelente entrevista que concedió a ‘El viejo topo’ que «elegí un período histórico que es el principio del siglo XX, porque era un período de grandes cambios económicos y políticos. Desde el romanticismo se giró hacia la toma de conciencia que las grandes revoluciones, Marx y Engels, han proporcionado a la sociedad. No puede perderse de vista al materialismo histórico, y para estar en comunión con la conciencia del individuo había que analizar cuanto estaba pasando. Pienso que Corto Maltese es un ejemplo del tipo de individuo correspondiente a esta situación. Partiendo de una actitud romántico-aventurera, toma conciencia de los importantes cambios que hubo en aquella época».

Según Patricia Zanotti –compañera de Pratt y directora de la sociedad que gestiona los derechos universales del dibujante veneciano (Cong)– «la obra de Hugo Pratt es inseparable de su vida, de los libros que leyó, de los encuentros con las personas que inspiraron sus personajes».

Siempre a través de un dibujo que parece negarse a elegir entre la abstracción y lo figurativo, mediante la audacia de los encuadres, de las elipsis y de una dimensión poética, Pratt acuñó con su obra un nuevo término, literatura dibujada.