Un baño adaptado que las personas con problemas de movilidad puedan usar con facilidad y seguridad es la propuesta accesible de la empresa bizkaitarra Gaman. Nació vinculada a la asociación Cambiadores Inclusivos de la mano de Marián Andrés y los estudiantes grado de Liderazgo Emprendedor e Innovación (LEINN) Andoni Etxebarria y Alazne Urquijo y es una de las seis iniciativas seleccionadas para la final estatal de Global Entrepreneur Student Awards.

Hace tres años, Etxeberria y Urquijo llevaron a cabo dentro del grado un proyecto basado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, gracias al que conocieron a Andrés y a Eriz Delgado. Tras unos meses de relación Andrés y Delgado les hablaron sobre la iniciativa Cambiadores inclusivos que estaban desarrollando y les invitaron a participar. «Alazne y yo encontramos nuestra pasión dentro de la accesibilidad y decidimos entrar», afirma Etxebarria. Colaboraron en la creación de la asociación sin ánimo de lucro, con la mente puesta en una empresa que pudiera fabricar los elementos necesarios. Casi un año después, en abril de 2021, constituyeron la sociedad limitada.

Andrés es usuaria del servicio y a su vez transmite la visión, misión y valores de la empresa, que más allá del retorno económico, también fomenta el empleo inclusivo. Etxeberria considera que la joven «está rompiendo los tabúes sobre que las personas con alguna discapacidad o habilidad diferente no puede emprender. No sólo potenciamos servicios inclusivos, sino también el empleo digno para personas de colectivos vulnerables. El objetivo principal es romper con el capacitismo: todos somos capaces».

Gaman asesora, diseña y fabrica cambiadores inclusivos pensados para personas con problemas de movilidad y sus asistentes. Adecua los espacios para que sean «seguros y de calidad» y les permitan asearse de manera «digna», rompiendo con la situación actual, en la que tiene que hacerlo en el suelo. A eso hay que añadir que «por ley las personas de asistencia no puede levantar más de 25 kilos», lo que limita el tiempo que pueden estar en la calle, disfrutar del ocio o dar un paseo. Por un lado, adaptan interiores a través de obras o reformas integrales para instalar los elementos necesarios, y por otro, tiene un sistema modular propio que fabrican y llevan a un lugar. El año pasado reciclaron un contenedor de mercancías, lo acondicionaron e instalaron en la playa Nova Icària de Barcelona. Volverá allí tras pasar el invierno en Etxebarri, a donde lo han traído «para darle uso y visibilidad». Además, llevarán un registro de los puntos dónde los instalen, tanto para medir el impacto de la iniciativa como para facilitar que las personas usuarias puedan planificar su ruta. 
 
Girar la rueda

Llevan tres años con el proyecto y Etxebarria reconoce que al principio «costaba, no se entendía», pero gracias al trabajo de sensibilización que lleva a cabo la asociación, ahora la respuesta casi siempre es positiva. «La necesidad es real y las familias empujan mucho, porque cuando lo vives te das cuenta realmente de las barreras que hay». Cooperan con varias entidades y asociaciones para impulsar el proyecto, y en su implantación están priorizado los lugares que puedan tener un mayor impacto, es decir, aquellos en los que se concentra una gran parte de la población. Su objetivo es vender para «poner en marcha la rueda», que se empiecen a ver y usar. «Lo público está tirando mucho, pero son procesos mucho más lentos, por eso estamos activando la privada: espacios deportivos, centros comerciales…». De momento están enfocados en el Estado, pero empieza a surgir interés en Latinoamérica.

El viernes Etxeberria presentará Gaman en la final estatal de Global Entrepreneur Student, que reconoce a quienes compaginan estudios y emprendimiento. Es el tercer año que se presenta y hasta ahora no había pasado la primera criba. «Es un pequeño fruto de todo lo que he plantado en estos años, un regalo». Quiere disfrutar la oportunidad de estar en contacto con quienes conforman tanto el jurado como la organización, personas con un largo recorrido y gran experiencia emprendedora; pero, no obstante, está convencido de ganar. «Sé que lo voy a clavar. Si alguien me gana es porque ha sido mejor». Las iniciativas bilbaínas MyWay Heels y Motmo, lideradas por Yaiza Barandiaran y Bruno de Zabala, respectivamente; son dos de las otras finalistas.

Etxeberria reconoce que no sabía en qué consistía el grdo cuando optó por LEINN, pero sí que su modelo de enseñanza no era el tradicional, del que quería escapar. «Nunca he encajado ni en la sociedad en la que me he criado, ni el modelo de enseñanza. Era un niño más creativo, muy diferente y encontré un espacio con muchas personas que vivían más o menos lo mismo», admite. Acertó por suerte o por casualidad, y ahora no se ve haciendo otra cosa. Fuera del grado son muchas las cosas con las que tiene que lidiar, pero opina «que no van más allá de la vida misma, que todo el mundo pasa o vive en algún momento». Sin embargo, se siente acompañado por sus compañeros así como por los coaches del grado; y han obtenido una subvención de la Diputación de Bizkaia.