El Sopela Womens Team se ha presentado en el Aula de Cultura Kurtzio de la localidad vizcaina que patrocina un equipo que afronta su decimocuarta temporada en la categoría UCI, nueve con Lointek y cinco con Telxius, con una plantilla reforzada para cubrir un calendario más amplio y de mayor nivel.
Continúan la inglesa Claire Steels, la francesa Alice Coutinho –incorporada a final de temporada–, la catalana María Banlles, la guipuzcoana Naia Amondarain y Beatriz Lalaguna, de Sopela.
Se han incorporado la alemana Nadine Gill (Bizkaia), la neerlandesa Agnieta Francke (Farto), la catalana Patricia Ortega (Massi), ganadora de la Copa de España élite la pasada temporada, las valencianas Cristina Barrajón e Isabel Ferreres, que vuelve al equipo, y suben de la categoría junior la navarra Naroa Fernández, campeona estatal, y las vizcainas Lur Florido de Bilbo e Irantzu Solaguren, de Urduliz.
Su responsable Emilio Ramos se muestra agradecido a los patrocinadores que le permiten llevar dos décadas de apoyo al ciclismo femenino. Entiende que las incorporaciones compensan las bajas de dos de las mejores corredoras de la pasada temporada, Inés Cantera, que ha pasado al Roland Cogeas del World Tour, y Sofía Rodríguez, fichada por el Bizkaia.
Satisfecho con el comienzo
Está satisfecho del comienzo de temporada porque «en la Vuelta a Valencia Nadine, Claire y Alice han estado con las del World Tour. En Almería metimos tres corredoras entre las seis primeras, ganamos por equipos y la montaña y en la primera prueba UCI en Valencia se cayó Agnieta cuando estaba bien situada para disputar al sprint. Tengo un grupo de seis chavalas que pueden estar bien en esas carreras».
Con esa plantilla Emilio Ramos destaca que «vamos a hacer todo el calendario internacional de la Federación Española, que son 25 días de competición, con Burgos y la Itzulia, que entran en el World Tour. Además se estrena la Vuelta a Andalucía en el calendario UCI. Correremos otras seis o siete carreras francesas y les sumamos todo el Torneo Euskaldun y la Copa de España. Nos saldrán unos 45-50 días, algo que hace cinco años era inimaginable».
El Sopela tiene entre sus objetivos el Euskaldun que comienza este domingo en Zaldibar: «Este año tenemos una decena de carreras. Es el más potente que hay y se están recuperando pruebas que dejaron de hacerse con la pandemia. Nuestro objetivo es ganar el Torneo Euskaldun y la Copa de España, sacar alguna medallita en categoría élite y sub’23 en los campeonatos e intentar hacer algún podio en una carrera UCI que no sea de un nivel muy alto. Con el equipo que tenemos no despreciamos nada, es tan importante una carrera del Euskaldun como una Copa de España o una UCI».
Deseoso de aumentar la calidad
Hay muchos equipos UCI que dan salida a todas las juniors que quieren competir, cada vez más conjuntos potentes del World Tour ofrecen buenas condiciones económicas, pero Emilio Ramos echa de menos más cantidad de chavalas para que aumente la calidad después de ver que en la Volta a la Comunitat Valenciana Mavi García y Ane Santesteban fueron las dos únicas corredoras con licencia en la Española entre las 52 mejores de la general.
«La calidad viene de fuera, hay que ser realistas. Veo carreras cadetes y juveniles y en los últimos tres-cuatro años solo han salido Sara Martín, Inés Cantera e Idoia Eraso. No hay más. Tienen calendario para pegarse con las de fuera y les damos oportunidades. He llevado a dos de las juveniles a Valencia para que se vayan metiendo en el ambiente, para que vean cómo conviven y cómo corren. No pudieron acabar la primera etapa, lo sabíamos, pero les damos la oportunidad de que vean el ritmo, para que tomen nota de cómo se corre y cómo hay que entrenarse para estar con las del resto de Europa, que no son cómo los entrenamientos de juveniles. Es otra historia», argumenta Emilio Ramos.
Añade que «necesitamos más chavalas que se lo tomen más en serio el ciclismo para tener un nivel competitivo. Calendario hay, equipos hay y las chavalas españolas y las vascas lo tienen ahí. No es como antes, que no tenían nada. Ahora lo tienen. Nosotros no podemos pagarlas, pero les ponemos todo lo demás, ropa, material, viajes... Lo que les falta es cobrar un sueldo y para eso están los World Tour y las chavalas se lo tienen que ganar».