Equipos de bomberos han sofocado este viernes el incendio en el centro de formación de la central nuclear de Zaporozhie, atacada anoche por las tropas rusas, según ha informado el Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania (DSNS). Esta central nuclear está considerada como la mayor de Europa y actualmente está bajo control de las tropas rusas.
El fuego, que abarcó una superficie de 2.000 metros cuadrados, fue apagado a la 06.20 horas (04.20 GMT), precisó el DSNS en su página de Facebook.
El inmueble siniestrado se encuentra fuera de la planta, en la que según las autoridades ucranianas los niveles de radiactividad se encuentran dentro de los rangos normales.
La Agencia Internacional de la Energa Atómica (AIEA) ha señalado que las autoridades ucranianas le han comunicado que no se han alterado los niveles de radiación y que el equipamiento de la central nuclear de Zaporozhie no se ha visto afectado.
#Ukraine tells IAEA that fire at site of #Zaporizhzhia Nuclear Power Plant has not affected “essential” equipment, plant personnel taking mitigatory actions.
— IAEA - International Atomic Energy Agency (@iaeaorg) March 4, 2022
El director del organismo, Rafael Grossi, ha criticado que la seguridad de la mayor central nuclear de Europa se haya visto comprometida, aunque ha aclarado que «por suerte» no se produjeron escapes radiactivos.
«Se ha comprometido la seguridad física con lo que pasó anoche, tenemos suerte de que no hubo liberación de radiación», ha confirmado el diplomático argentino en una rueda de prensa en Viena.
Ha asegurado que lo sucedido en Zaporozhie «carece de precedentes» a nivel diplomático, lo que dificulta responder a esta situación.
Por eso, el responsable del OIEA se ha ofrecido a viajar personalmente «lo antes posible» a Ucrania para negociar con las partes enfrentadas un «acuerdo marco» que evite incidentes como el de anoche.
En Ucrania hay cuatro centrales nucleares, con 15 reactores, que generan gran parte de la electricidad del país. Además, allí se encuentra la antigua planta atómica de Chernóbil, donde en 1986 se produjo el mayor desastre nuclear de la historia.
Grossi ha recorado hoy que la comunidad internacional se ha comprometido a la inviolabilidad de instalaciones nucleares y su personal técnico en caso de un conflicto.
Además, ha explicado que de los seis reactores de la planta, solo hay uno que está funcionando a un 60% de potencia, mientras que el resto o está apagado o funciona de forma controlada con baja potencia.
Asimismo, en el incidente dos personas resultaron heridas, aunque no es personal técnico que opera la planta sino personal de seguridad.
Si bien la central de Zaporozhie y la planta de Chernóbil están bajo control de las fuerzas rusas, ha señalado Grossi, ambas instalaciones son gestionadas por el personal técnico ucraniano.
No obstante, el jefe de la agencia nuclear de la ONU ha destacado que la situación es muy «inestable y frágil» y que está en contacto con las autoridades nucleares ucranianas para seguir los acontecimientos.
Obra de «saboteadores ucranianos» según Rusia
Mientras que la OTAN y los Gobiernos de Ucrania y otros países condenaron con vehemencia lo sucedido en Zaporozhie, Moscú habla de una «provocación» y de un «plan criminal» perpetrado por supuestos «saboteadores ucranianos» para acusar a Rusia de ser responsable de una fuga radiactiva.
En esa misma línea, el embajador de Rusia ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, ha denunciado ante la sede de la organización en Nueva York que el incendio que se desató en la central nuclear de Zaporozhie fue obra de «saboteadores ucranianos».
Durante una reunión de emergencia celebrada este viernes por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para tratar la crisis en Ucrania, Nebenzia ha contado que una «patrulla móvil rusa fue atacada por un grupo de sabotaje
«La patrulla rusa devolvió el fuego a los puntos de tiro de los saboteadores ucranianos (...) y sofocó el ataque. Cuando se iban, el grupo de sabotaje ucraniano prendió fuego a las instalaciones», las cuales, ha dicho el embajador, están bajo control de Moscú.
Por su parte, el representante de Ucrania ante Naciones Unidas, Sergi Kislitsia, ha acusado a Rusia de haber cometido un acto «terrorismo nuclear», así como de haber roto los acuerdos internacionales con la ofensiva que se produjo en las inmediaciones de la planta de Zaporozhie.
«Rusia ha estado de manera deliberada involucrada en un ataque armado sobre esta central nuclear», lo «que supone una violación de los acuerdos internacionales del Organismo Internacional de Energía Atómica», ha recalcado Kislitsia, quien ha señalado que esta agresión de Moscú no es solo contra Ucrania, sino también contra «Europa, la humanidad y las generaciones futuras».
«Al borde de una catástrofe nuclear» según Ucrania
Sin embargo, el ministro de Energía de Ucrania, Herman Galuschenko, ha advertido tras el ataque que el mundo está al borde de la mayor catástrofe nuclear en la historia de uso pacífico de la energía atómica.
«El agresor continúa asestando golpes demoledores a Ucrania. No lo detienen ni los miles de víctimas ni las tragedias. Ahora quieren destruir todo el mundo», ha escrito en su página de Facebook.
Galuschenko ha denunciado que las tropas rusas emplearon fuego de tanques, de artillería y cohetes contra la central nuclear de Zaporozhie, la mayor de Europa, «a sabiendas de las consecuencias catastróficas de sus acciones».
«Es una guerra de aniquilación, de aniquilación de la humanidad y de nuestro planeta. La seguridad nuclear no le preocupa al enemigo», ha subrayado el ministro.
La OSCE pide «acelerar el diálogo»
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha hecho mención a lo ocurrido, señalando que episodios como este «recuerda las terribles amenazas ambientales para la humanidad que pueden traer consigo la guerra», por lo que se hace necesario «acelerar el diálogo y la mediación para cesar de inmediato todas las hostilidades en Ucrania».
«Aunque afortunadamente el incendio en la planta de energía nuclear no provocó la liberación de radiación, es posible que no tengamos tanta suerte la próxima vez. Si algún reactor nuclear hubiera sido alcanzado por los bombardeos, los resultados podrían haber sido catastróficos», ha alertado la OSCE.
Moscú aseguró el 28 de febrero que había tomado las instalaciones, lo que fue desmentido por Ucrania. La Inspección Nacional de Regulación Nuclear de Ucrania ha confirmado a primera hora de este viernes la toma del lugar, horas después de un ataque con proyectiles contra las instalaciones.
La Inspección Nacional de Regulación Nuclear de Ucrania recalcó en su comunicado que «el personal sigue en sus puestos de trabajo, con personal operativo supervisando el estado de las unidades de generación y garantizando que operan en línea con los requisitos de procedimiento para unas operaciones seguras», antes de agregar que no se ha producido una fuga de material radiactivo.