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La Policía española y la marroquí siguen reprimiendo la entrada de migrantes en Melilla

Un amplio despliegue de policías españoles y marroquíes ha respondido con gas lacrimógeno al intento de un millar de personas de entrar en Melilla a través de la valla.

Las imágenes de Melilla contrastan con los mensajes del Gobierno español hacia refugiados ucranianos.
Las imágenes de Melilla contrastan con los mensajes del Gobierno español hacia refugiados ucranianos. (Ilies AMAR | Europa Press)

Un fuerte despliegue policial por parte del Estado español y Marruecos ha impedido este martes que un millar de personas entrase en Melilla. 400 han conseguido llegar hasta la valla pero la Policía marroquí ha respondido con gases lacrimógenos.

Fuentes de la Delegación del Gobierno español en Melilla han informado de que, sobre las 06:00, el llamado «dispositivo antiintrusión» de la Guardia Civil ha detectado la aproximación al vallado de un grupo formado por unas mil personas.

De ese millar, unas 400 personas han logrado llegar hasta el vallado poco antes de las 08.00 horas en la zona establecida entre los pasos fronterizos de Barrio Chino y Beni-Enzar. Según la versión de la Delegación del Gobierno español, las fuerzas de seguridad marroquíes «se han visto hostigadas con violencia» pero su «perfecta coordinación e impecable actuación ha permitido contener el salto al vallado» de Melilla.

Testigos presenciales han explicado a la agencia Efe que, en la parte marroquí del perímetro, los agentes han empleado material antidisturbios, concretamente gases lacrimógenos.

Este intento de entrada en Europa llega se suma a los producidos los días 2, 3 y 4 de este mes. Esos días las redes sociales recogieron las fuertes cargas policiales, como en el caso del diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu.

El ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, apostó este lune por «mantener el nivel de cooperación y coordinación excelente con las autoridades marroquíes».

Marlaska, ante las preguntas sobre la investigación de la respuesta policial ofrecida para reprimir el intento de asalto, ha subrayado el nivel de «violencia inusitada» de los asaltantes, que ha concretado en el uso de «garfios, palos más grandes que las defensas y en sus zapatos había tornillería» e indicar como corolario de la situación vivida que «50 guardias civiles y tres policías nacionales tuvieron heridas y algunos de ellos de entidad importante».