En un comunicado enviado a Efe, Amnistía Internacional (AI) concluye que dos teléfonos pertenecientes a la influyente activista saharaui Aminatou Haidar fueron atacados e infectados en noviembre de 2021, en medio de la polémica de espionaje con el programa Pegasus a políticos, activistas y periodistas, cuya importación vetó ese mismo mes Estados Unidos.

AI ha explicado este miércoles que, después de recibir alertas de seguridad por correo electrónico de Apple advirtiendo de que sus teléfonos podían estar intervenidos por «ataques patrocinados por el Estado», Haidar se puso en contacto con Right Livelihood Foundation, que la dirigió al Laboratorio de Seguridad de AI para realizar un análisis técnico.

«El hecho de que Aminatou Haidar fuera blanco del spyware Pegasus hace solo unos meses demuestra una vez más que empresas como (la israelí) NSO Group seguirán promoviendo abusos contra los derechos humanos hasta que estén debidamente regulados», ha indicado Danna Ingleton, directora adjunta de Amnesty Tech.

12 países han utilizado el programa

En julio de 2021, una encuesta publicada por un consorcio de 17 medios internacionales concluyó que 12 países clientes del Grupo NSO, entre los cuales figura Marruecos, han utilizado el citado programa de espionaje.

La ONG asegura haber elaborado múltiples elementos de análisis técnico que atestiguan el uso «indebido» de Pegasus desde 2019 en Marruecos, así como en una docena de países, como parte de la investigación del Proyecto Pegasus.

Sin embargo, AI ha recordado que «NSO Group no ha tomado medidas para prevenir las violaciones de derechos humanos causadas por sus herramientas en Marruecos» y ha añadido que la empresa israelí «debe rendir cuentas por su papel en el hecho de que Aminatou Haidar haya sido blanco de su software, al igual que otros valientes activistas en Marruecos y el Sahara Occidental».

Defiende una moratoria

Para AI, «no hay duda de que la sociedad civil en Marruecos y el Sahara Occidental sigue siendo un objetivo ilegal del programa espía Pegasus. Ataques que forman parte de una represión más dura contra la disidencia pacífica en Marruecos». En ese contexto, señala «la incapacidad de las autoridades marroquíes para respetar y proteger los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica».

Ante estas violaciones AI sigue abogando por una moratoria sobre la venta de programas espías. «No se puede confiar en que las empresas que fabrican programas espías como NSO Group puedan autorregularse. Por lo tanto, exigimos que se establezca una moratoria sobre la venta, transferencia y uso de programas espías sin demora, hasta que se establezca un marco regulatorio para la protección de los derechos humanos», ha dicho Danna Ingleton.