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El jurado decreta ensañamiento en el doble crimen machista de Gasteiz

El jurado ha considerado culpable de asesinato con agravantes al hombre que mató a puñaladas a su exmujer y exsuegra en Gasteiz en 2018, rechazando que actuara bajo trastorno mental transitorio. Queda fijar la pena exacta: la Fiscalía propone 50 años de cárcel.

Protesta contra la violencia machista en Gasteiz en 2018, año del doble crimen.
Protesta contra la violencia machista en Gasteiz en 2018, año del doble crimen. (Jaizki Fontaneda | FOKU)

El jurado ha considerado culpable de asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento al acusado de matar a puñaladas su exmujer y su exsuegra en Gasteiz el 20 de abril de 2018 y no ha apreciado la atenuante de trastorno mental transitorio que pedía la defensa.

El jurado ha emitido su veredicto este miércoles, un día después de que finalizara la vista por estos hechos que arrancó el pasado 28 de febrero en la Audiencia Provincial de Araba.

Los miembros del jurado han considerado que además concurre la agravante de razón de género en la actuación del acusado sobre sus dos víctimas y en el caso de la muerte de su exmujer han apreciado la circunstancia de parentesco, según han informado fuentes judiciales.

Además han establecido que el acusado ejerció ensañamiento físico sobre su expareja y psíquico sobre su exsuegra.

Entre 50 y 60 años

Tras el veredicto, la jueza que preside el tribunal deberá emitir sentencia. La Fiscalía ha pedido para el acusado 50 años de cárcel por dos asesinatos con alevosía con las agravantes de parentesco, razones de género y ensañamiento.

La acusación particular que representa a la familia de las víctimas ha solicitado 55 años y la Asociación Clara Campoamor, como acusación popular, un total de 60 años.

La defensa del acusado pedía 8 años de cárcel por dos delitos de homicidio con la atenuante de trastorno mental transitorio.

Durante el juicio el acusado mantuvo que actuó movido por un arrebato, que se le «fue un poco la olla» tras discutir con ambas y su defensa argumentó que el divorcio le supuso un «trauma» que se acentuó por divergencias en la pareja por la pensión que debía abonar a los dos hijos de ambos, lo que impactó en su salud mental. Ayer el procesado dijo que se arrepentía y pidió perdón especialmente a sus hijos.

La Fiscalía y las acusaciones particular y popular sin embargo han mantenido que durante el juicio ha quedado probado que el procesado las mató porque no quería que fueran «libres» que no sufría ningún trastorno mental, que actuó siendo consciente de lo que hacía y asegurándose que ambas vieran como mataba a la otra.