Si la declaración a puerta cerrada el pasado jueves de las tres primeras víctimas de Kote Cabezudo se centró en asuntos como la supuesta difusión de sus imágenes desnudas sin su consentimiento, este lunes el juicio contra el fotógrafo donostiarra ha ido un paso más allá con el testimonio de una de sus modelos que mantiene haber sido abusada por él.
Esta chica, a igual que otra víctima, ha testificado en la cuarta sesión de la vista oral que se sigue en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa contra Cabezudo, quien se enfrenta a una solicitud de 121 años y medio de cárcel por parte de la Fiscalía por distintos delitos de índole sexual, producción de pornografía infantil y estafa, entre otros, contra 16 de sus modelos.
La acusación particular, que representa a catorce de estas chicas y que esta jornada ha vuelto a pedir que la vista se celebre a puerta cerrada y sin siquiera señal de audio para la prensa –los periodistas hoy no han podido acceder a la sala–, solicita penas que suman 2.388 años de prisión.
Según se desprende del escrito de acusación de la Fiscalía, en junio de 2019 Cabezudo habría aprovechado alguna de las sesiones fotográficas con una de las jóvenes que han declarado hoy para tocarle «lascivamente» el cuerpo y los pechos «sin su consentimiento», además de introducirle «los dedos» en sus partes íntimas.
Previamente, desde abril de 2018, esta joven, que por entonces tenía 19 años, había llevado a cabo otras sesiones con el fotógrafo, quien le habría hecho firmar un contrato para ello «no informándola suficientemente de lo que perseguía con el material obtenido».
Páginas de internet
El documento del Ministerio Público añade que luego el fotógrafo habría compartido las fotos en las que esta mujer aparecía «desnuda y con exposición de sus partes más íntimas» en unas páginas de internet en las que ofrecía material pornográfico «previo pago».
El texto aclara que el inculpado habría tranquilizado a esta chica durante las sesiones diciéndole que en las imágenes en las que se captaban «sus partes más íntimas» realmente «no se vería nada».
Además, Cabezudo también habría captado «algunas fotografías» y grabado varios vídeos sin el consentimiento de la afectada, que supuestamente difundió más tarde en las páginas web que administraba.
Nombre real
Aunque supuestamente «convino» con ella que en sus «fotos íntimas» aparecería identificada con un pseudónimo, en 2012, coincidiendo con la aparición de la modelo en otra publicación decidió «poner el nombre real» de la víctima en las web que él administraba, donde permaneció así «al menos» hasta el momento en el que la joven se querelló contra el procesado.
Un caso similar habría tenido lugar con la segunda de las chicas citadas para declarar este lunes, quien en 2009, cuando tenía 20 años, llevó a cabo varias sesiones con Cabezudo para las que le habría hecho firmar un contrato en el que tampoco la habría informado «suficientemente» de sus pretensiones y le habría «ocultado» que iba a grabarla en vídeo.
Al igual que en el caso anterior, el procesado también habría difundido las imágenes de esta joven en sus páginas de internet de la misma manera, a pesar de que a ella le había dicho que en las instantáneas en las que aparecían sus partes íntimas «no se le vería la cara».