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Londres

Teherán libera a dos británico-iraníes detenidos hace años tras pagar Londres una deuda

Una mujer y un hombre británico-iraníes condenados a prisión en Irán por cargos de sedición y espionaje, que ellos niegan, han sido liberados este miércoles, tras pasar años en la cárcel, coincidiendo con el pago por Londres a Teherán de una antigua deuda de 476 millones de euros.

Imagen divulgada el 23 de agosto de 2018 por Free Nazanin Campaign: Nazanin Zaghari-Ratcliffe sostiene en brazos a su hija, Gabriella, tras recibir un permiso carcelario de tres días.
Imagen divulgada el 23 de agosto de 2018 por Free Nazanin Campaign: Nazanin Zaghari-Ratcliffe sostiene en brazos a su hija, Gabriella, tras recibir un permiso carcelario de tres días. (AFP)

Nazanin Zaghari-Ratcliffe, condenada a prisión por sedición en 2016, «está regresando a casa», como ha anunciado en Twitter la diputada británica Tulip Siddiq antes de que el Gobierno de Boris Johnson confirmase que tanto ella como Anoosheh Ashoori, detenido en 2017 y condenado por espionaje a favor de Israel, iban a ser repatriados este miércoles.

Poco antes de las 16.00 horas GMT (17.00 en Euskal Herria) habían llegado a Omán. Desde allí debían volar a bordo de un avión fletado por el Gobierno británico hasta una base militar cerca de Oxford, donde se les esperaba pasadas las 22.30 GMT, según el diario ‘The Times’.

«Podemos volver a ser una familia normal», ha comentado Richard Ratcliffe, que luchó sin descanso durante años para que el Ejecutivo británico obtuviese la liberación de su esposa, cuyo caso conmocionó al país.

«Estoy aliviado de que los problemas se hayan resuelto. Creo que el Gobierno tiene dos trabajos (...) hacer lo necesario para que la gente vuelva a casa y asegurarse de que los que participaron aprenden la lección para que no se repita», ha declarado ante las cámaras a la puerta de su hogar acompañado por la hija de la pareja, Gabriella, de 7 años.

Una deuda pendiente desde 1979

Sus familiares siempre han denunciado que ambos habían sido retenidos como rehenes hasta que el Gobierno británico saldara una deuda de 400 millones de libras (476 millones de euros) por una venta de tanques que fue cancelada cuando la revolución islámica derrocó al sha de Irán en 1979.

El Ejecutivo de Johnson ha negado que la detención de estas y otras personas en Irán tuviese relación con dicha deuda. La ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, justificó el retraso en su pago por las sanciones internacionales impuestas a Irán debido a su programa nuclear.

Sin embargo, después de que Siddiq publicase en Twitter una foto de Zaghari muy sonriente a bordo de un avión, Londres ha anunciado que la deuda había sido saldada. «Fue pagada respetando las sanciones británicas e internacionales (...) y estos fondos se utilizarán únicamente para la compra de bienes humanitarios», ha puntualizado Truss.

Utilizados como rehenes por Irán

«Para empezar, Nazanin y Anoosheh no deberían haber sido detenidos, fueron encarcelados con falsas acusaciones de seguridad nacional, una táctica habitual en Irán», ha denunciado Sacha Deshmukh, responsable de Amnistía Internacional.

Ha afirmado que fueron «utilizados como peones» por las autoridades iraníes, que «actuaron con una crueldad calculada, tratando de sacar el máximo valor diplomático de su cautiverio».

Zaghari-Ratcliffe, de 43 años, responsable de proyectos de la Fundación Thomson Reuters, la rama filantrópica de la agencia de noticias del mismo nombre, fue detenida durante un viaje a Teherán junto a su hija para visitar a su familia. Acusada de conspirar para derrocar la República Islámica, fue condenada a cinco años de cárcel.

Separada de la pequeña, que quedó al cuidado de sus abuelos hasta que años después regresó a Londres, Zaghari-Ratcliffe denunció maltratos en la cárcel, hizo huelga de hambre, sufrió depresión y tuvo que ser hospitalizada en una unidad siquiátrica.

Tras haber cumplido su primera pena, volvió a ser condenada el pasado abril a un año por haber participado en una concentración frente a la embajada iraní en Londres en 2009. En octubre pasado, la Justicia desestimó su apelación, haciendo temer una nueva reclusión, tras haber sido puesta bajo arresto domiciliario en marzo de 2020 a raíz de la pandemia.

Ashoori, ingeniero jubilado de 67 años, fue arrestado cuando visitaba a su madre bajo la acusación de espiar a favor de Israel. Un portavoz judicial iraní citado por la agencia Fars, ha señalado que «ha sido liberado» debido «a su avanzada edad y su condición física».