Pasar de ser «espectador» a ser «actor» en un conflicto que «dura ya 46 años» y que «si no hacemos algo, durará 46 más». Esa ha sido la idea que el ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha sostenido en el Congreso de los Diputados este miércoles para defender el respaldo del Ejecutivo de Pedro Sánchez al plan marroquí de autonomía para el Sahara Occidental.
En respuesta a sendas preguntas de EH Bildu y PP durante la sesión de control al Ejecutivo, Albares ha defendido que «España lo que tenía antes era una ‘no postura’» y estaba a la expectativa de «lo que hacían otros» y ahora quiere convertirse en «actor» apoyando los esfuerzos del enviado de la ONU para el Sahara Occidental, Staffan de Mistura.
El ministro ha evitado en todo momento responder a las críticas por el hecho de una noticia tan trascendente la diera a conocer en primer lugar la Casa Real marroquí y que después haya sido otra filtración, en este caso publicada este miércoles por el diario ‘El País’, la que ha revelado el contenido de la carta que Pedro Sánchez envió a Mohamed VI, rey de Marruecos, para ponerse de su lado en el conflicto por el Sahara Occidental.
Albares ha obviado también que le hayan afeado haber tomado esta decisión sin ponerla siquiera en conocimiento ni de sus socios de coalición, ni de aquellos que apoyaron la investidura y que tampoco se haya consultado con la oposición, como le han hecho ver tanto el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu como Valentina Martínez, del PP.
Tampoco ha querido aclarar qué es lo que busca ganar el Gobierno español con este cambio, que por de pronto ha desencadenado una triple crisis: una con el Frente Polisario, otra «de consecuencias imprevisibles» con Argelia, y una tercera a nivel interno en el Estado, como ha subrayado Iñarritu, que ha acusado a Albares de «hacerse el sueco» y no responder a sus preguntas.
«No se trata de que España gane nada» sino de «contribuir a desencallar un conflicto que si no hacemos algo durará 46 años más», ha defendido el ministro, sosteniendo que José Luis Rodríguez Zapatero ya apoyó el plan de autonomía presentado en 2007 y añadiendo que en las reuniones de alto nivel con Marruecos durante el gobierno de Mariano Rajoy, las actas recogen el «mismo lenguaje» empleado ahora por el Ejecutivo en la carta que Pedro Sánchez envió a Mohamed VI.
Albares ha anunciado también, horas más tarde, que el próximo 1 de abril realizará un viaje oficial a Marruecos para articular la «nueva etapa» abierta. «Les anuncio que el próximo 1 de abril viajaré Marruecos y mi agenda incluye la normalización completa de las conexiones marítimas, de la que hoy mismo he hablado con mi homólogo marroquí», ha indicado.
En el orden del día figuran también el diseño del operativo de la próxima Operación Paso del Estrecho, cancelada en años anteriores por la pandemia, así como «el restablecimiento, de forma controlada, de la circulación de personas y bienes» entre ambos estados.
Sánchez: «Nunca es tarde si la dicha es buena»
Por su parte, Pedro Sánchez ha evitado dar explicaciones en el Congreso y se ha remitido a su comparecencia en sesión plenaria prevista para el día 30 de marzo.
Sin embargo, poco después se ha desplazado Ceuta y Melilla, y desde allí se ha referido al acuerdo con Marruecos, que pone fin a una crisis «insostenible», garantiza la «integridad territorial de ambos países» y sienta las bases para una relación «mucho más sólida» en seguridad, movilidad e inmigración.
Visito Ceuta, una ciudad que es política de Estado para el Gobierno central. Queremos llenarla de oportunidades y para ello hay que garantizar su estabilidad y seguridad. Eso ha primado en el acuerdo con Marruecos, que da paso a una relación más sólida basada en el respeto mutuo. pic.twitter.com/K1eCCWBiSz
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) March 23, 2022
«Nunca es tarde si la dicha es buena», ha asegurado Sánchez.
Acompañado por el presidente de la ciudad autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas, el jefe del Ejecutivo español ha explicado que desde que visitó la ciudad hace diez meses, coincidiendo con la crisis migratoria, se ha hecho un trabajo silencioso con Marruecos que ha permitido un acuerdo «extraordinario» y «equilibrado para ambas partes», obviando al Sahara Occidental.
Para el presidente, con esta nueva fase se consolida una nueva relación «sincera» basada en el respeto mutuo y la garantía de la «integridad territorial» del Estado español y Marruecos, al que ha definido como «socio estratégico».
Ha recordado que la relación con Marruecos trasciende a la seguridad de los flujos migratorios porque también es uno de los principales socios comerciales y un aliado «primordial para la estabilidad y el progreso».
Para el presidente, la posición española sobre el Sáhara no difiere de la seguida por otros países como el Estado francés, Alemania o la Comisión Europea, y es una de las propuestas, ha destacado, recogida por la ONU.
Lo importante, ha insistido, es que «deben ser las partes afectadas quienes acuerden la solución».
No cree Sánchez que este acuerdo con Marruecos pueda afectar a la relación española con Argelia, uno de los principales suministradores de gas al Estado español y que, ha insistido, seguirá siendo un «socio estratégico».