Myrtle Beach es una ciudad costera de Carolina del Sur (Estados Unidos), un Benidorm a la americana con parques de atracciones, campos de golf y cientos de hoteles y restaurantes, un destino turístico de primer orden que crece a marchas forzadas, con los problemas que eso acarrea.

Hasta allí nos transporta Gorka Calzada (Donostia, 1977) en su debut como novelista, de la mano de un personaje, Elías Ibarra, que termina siendo «un pelele» que vive con la sensación de «llegar tarde a todas partes».

La obra, ‘Recuerdos e invenciones de Myrtle Beach’, ha sido cocinada a fuego lento, puesto que su primera versión data de 2004. En estos años el autor ha pulsado varias veces la tecla de borrar y ha abordado nuevos intentos, hasta que se ha sentido preparado para rematarla y ofrecerla al público.

«Es una novela de trama compleja, sinuosa, que se explaya por los laterales pero que cuenta con un pulso narrativo firme para mantener la atención del lector», ha explicado Jorge Giménez Bech, de la editorial Alberdania.

Calzada es un hombre atado a las letras. Licenciado en Filología Hispánica y máster en Edición, ha trabajado como librero, editor, corrector y profesor de escritura. Además, ha escrito relatos, guiones, obras de teatro, reseñas literarias y varios libros por encargo, entre los que destaca una serie de biografías de personajes históricos tan diversos como Chillida, Copérnico o Gandhi dirigidas al público infantil.

«Salto de calidad»

«Gorka Calzada conoce de primera mano la escritura desde distintas ópticas, y hoy da un salto de calidad en su camino creativo, nos presenta una novela de gra ambición literaria, en los parámetros de las modernas novelas de personajes y de búsqueda del propio yo», ha resumido Giménez Bech.

Además del ya mencionado Ibarra, por la páginas de este libro desfila Gavin, su compañero de piso cuando se muda a Nueva York, y Jaqueline Dublanche, una estudiante muy popular pese a que su belleza no se ajusta a los cánones imperantes. «Ese tema, el del cuerpo en relación con los perecederos cánones de belleza, se entrelaza con los otros tres asuntos que pretendo explorar para el lector: las trampas de la memoria, los límites del arte y las distintas maneras de enfrentarse al proceso creativo», ha condensado Calzada.