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Bilbo

La economía circular engloba 17.000 empleos en la CAV, donde aumentan los residuos domésticos

Ihobe, la sociedad pública de gestión ambiental, ha destacado el avance de la economía circular en la CAV, con más de 17.000 empleos generados en el ámbito local, mejoras en la «compra pública verde» y la gestión de residuos, aunque aún depende «en exceso» de las materias primas externas.

Una acción de calle de la Diputación de Bizkaia para fomentar el reciclaje desarrollada en el centro de Bilbo.
Una acción de calle de la Diputación de Bizkaia para fomentar el reciclaje desarrollada en el centro de Bilbo. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

La publicación ‘Indicadores de economía circular de Euskadi 2021’, editada por Ihobe, recoge los catorce indicadores que marca la Unión Europea como esenciales para medir la circularidad de la economía. Este informe se nutre de los últimos datos obtenidos en 2018. Según ha explicado este miércoles en un comunicado, se miden diferentes áreas, desde la producción y el consumo hasta la gestión de residuos, las materias primas secundarias o la competitividad e innovación.

En el nuevo panel destacan resultados «altamente positivos» como son los más de 17.000 puestos de trabajo que mantiene a nivel local la economía circular, los 450 millones de euros de compra realizada con criterios ambientales por el conjunto de la Administración Pública de la CAV o el crecimiento experimentado en la tasa de reciclaje de residuos municipales, con un aumento de 16 puntos en los últimos años.

Como ha indicado esta sociedad pública, la mejora de procesos de recirculación de materiales supone un descenso de la necesidad de importaciones y una disminución de la extracción de recursos naturales domésticos, contribuyendo, de este modo, «a una economía más circular y sostenible».

Catorce marcadores establecidos por la Comisión Europea

Siguiendo el camino marcado por la Comisión Europea, la CAV dispone desde 2018 de un conjunto de indicadores que captura los principales elementos de la economía circular a lo largo del ciclo de vida de los materiales, productos y servicios, lo que proporciona una «comprensión sólida» de la eficacia presente y pasada de las políticas dirigidas a favorecer la transición hacia una economía más circular.

Los 14 indicadores que se utilizan son: nivel de autosuficiencia para materias primas; compra pública verde; generación de residuos; residuos alimentarios; tasas de reciclaje; tasas de reciclaje de flujos específicos; contribución de materiales reciclados a la demanda de materias primas; comercio de materias primas reciclables; inversiones privadas, empleo y valor agregado bruto; número de patentes relacionadas con el reciclaje y las materias primas secundarias; consumo doméstico de materiales (CDM); productividad material: flujos de materiales per cápita y tratamiento de residuos per cápita.

Según los últimos datos, los de 2018, en la CAV se procesaron 56 millones de toneladas de materiales: de estos, el 71% se importaron, lo que muestra «la alta dependencia» respecto al exterior.

En el lado de las salidas del sistema, una vez separadas las exportaciones, una parte importante de los materiales utilizados se convirtieron en emisiones al aire (12 millones de toneladas) o residuos sólidos y líquidos (2,7 millones de toneladas).

En la generación per cápita de residuos, se cifra en 2,9 toneladas por habitante, por debajo de las 4 toneladas del conjunto de la UE. En cuanto a las tasas de reciclaje, reutilización y relleno, las cifras son similares: 1,2 toneladas por habitantes de material reciclado y 0,5 de relleno en la CAV, por las 1,7 toneladas per cápita e igual cifra de relleno UE de la media.

En cuanto a la «compra pública verde» (la adquisición de productos, servicios u obras con un impacto ambiental reducido) de las distintas administraciones de la CAV, el último dato, de 2019, revela que se realizaron 1.407 contrataciones con criterios ambientales, un 51% más que el año antes y un 83% más que en 2015, el primer año en que se tomaron datos. En volumen económico, esas compras supusieron 450 millones de euros, frente a los 356 millones del año anterior.

Ecoeficiencia de la actividad económica

La generación de residuos en los hogares también ha aumentado en los últimos años, sobre todo a partir de 2011. En el último año analizado, 2018, se generaron 544 kilos per cápita, un 3,1% más que el año precedente.

En este aspecto, el Plan de Acción de Economía Circular de la UE da una especial importancia a la generación de residuos por unidad de PIB; en concreto, se busca que aumente el PIB de forma más rápida que los residuos generados.

En 2018, en la CAV se generaron 59 kilos de residuos por cada 1.000 euros de PIB (en 2006, el primer año que se midió, eran 70), de modo que el informe concluye que se ha mejorado la ecoeficiencia de la actividad económica.

En cuanto a los residuos alimentarios, un indicador que aún está en fase de cálculo en la UE, el estudio cifra en 188 kilos per cápita al año los que se generan en la CAV, un 8,8% más que en la anterior medición. Ihobe ha recordado que el objetivo a nivel mundial es reducir a la mitad el desperdicio de alimentos.

Según este informe, la CAV también está avanzando en la tasa de reciclaje de residuos municipales, los generados principalmente por los hogares, comercios y oficinas. Desde 2000 hasta 2018 ha pasado del 22% al 38%. El objetivo en la UE es llegar al 55% para el año 2025. Ihobe ha destacado que, por cuarto año consecutivo, el reciclaje y la reutilización es mayor que los residuos destinados al vertedero (32%).

En el reciclado de envases en general, la CAV supera con mucho los objetivos porque ha alcanzado ya el 81%, cuando la UE ha fijado la meta del 66% para el año 2025 y el 69% para 2030. Además, mantiene esta tendencia positiva en los últimos diez años.

En los plásticos, también se encuentra muy por encima de los objetivos comunitarios, ya que en 2018 alcanzó el 78%, cuando en 2010 se quedaba en el 60%. Bruselas ha fijado llegar al 50% en 2025 y al 55% en 2030.

En los envases de madera, la CAV está a la cabeza en el compromiso para dar una segunda vida a estos materiales. Recicla un 97% de los envases de este tipo, cuando el objetivo comunitario se establece en el 25% para 2025 y el 30% para 2030.