Dabid Lazkanoiturburu

Kiev rechaza la capitulación ante Rusia de «los últimos de Mariupol»

Ucrania ha rechazado el ultimátum para que se rindan los últimos soldados y milicianos que resisten en Mariupol. Moscú parece haber iniciado la ofensiva final. El tiempo dirá si su caída marca un antes y después en la guerra o se convierte en el símbolo sacrificial de la resistencia a la invasión.

Un alto mando de Moscú analiza la situación con las fuerzas de asalto rusas en Mariupol
Un alto mando de Moscú analiza la situación con las fuerzas de asalto rusas en Mariupol (Alexander NEMENOV | AFP)

El primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, ha asegurado que los soldados ucranianos lucharán «hasta el final» en la sitiada ciudad de Mariupol, por lo que descarta la capitulación exigida por Moscú. .  «La ciudad no ha caído. Todavía están nuestros soldados y lucharán hasta el final. Por ahora siguen en Mariupol», ha afirmado en una entrevista con la cadena estadounidense ABC.

Rusia había dado en la madrugada de hoy un plazo de siete horas (de 6 de la mañana a 1 del mediodía hora de Moscú, dos menos en Euskal Herria) para que depusieran las armas y se rindieran los soldados y milicianos ucranianos que resistían en la estratégica ciudad.
A cambio, les prometoó respetarles la vida y aplicarles la Convención de Ginebra para prisioneros de guerra, pese a que Moscú insiste oficialmente en que se trata de una «operación especial».

Situada en la la provincia rusófona de Donetsk y a orillas del Mar de Azov, Mariupol es una de las principales metas del Ejército ruso en su esfuerzo por lograr el total control de la región del Donbass y formar un corredor terrestre en el este del país desde la anexionada península de Crimea.

Según los informes militares rusos, todos los combatientes ucranianos que quedaban en la ciudad se habrían refugiado en el interior de las instalaciones portuarias de la acería Azovstal.

«Sin comida ni agua»

El jefe del Centro de Control de Defensa Nacional rusa, el coronel general Mikhail Mizintsev, aseguró que habrían interceptado el contenido de las comunicaciones por radio ucranianas, que estarían en una «situación desesperada, prácticamente sin comida ni agua (…) Exigen persistentemente  permiso de Kiev para rendirse, pero en respuesta reciben amenazas de ejecución», añadió.

Esa versión contrastaba con las declaraciones de la víspera del líder de la auto-proclamada república popular de Donetsk (RPD). El pro-ruso Denis Pushilin justificó las dificultades para lanzar un asalto final a los últimos de Mariupol. «No es una tarea fácil: los miembros del Ejército regular (ucraniano), los infantes de marina, que estaban dispuestos a entregarse ya lo hicieron», aseguró al canal de televisión  Rossía-24.

El Ejército ruso anunció hace días que más de un millar de soldados ucranianos rodeados en Mariupol se habían rendido.

Pushilin añadió que el resto, a los que identificó como  milicias de movimientos pan-ucranianos como el ultraderechista Batallón Azov «no tienen intención de rendirse y, por tanto deben ser aniquilados».

Avance ruso

Superado el ultimátum, el portavoz del Ministerio de Defensa de Ucrania, Oleksandr Motuzianik,ha confirmado que las fuerzas ucranianas seguían resistiendo a pesar de que Rusia seguía enviando refuerzos para proseguir su avance.

«La situación en Mariúpol es difícil y dura. La lucha está ocurriendo en este momento. El Ejército ruso está llamando constantemente a unidades adicionales para asaltar la ciudad».

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, amenaza con romper las negociaciones si Rusia prosigue su ofensiva final sobre Mariupol.  Más aún, rechaza ceder territorios a Rusia en las negociaciones y, tras dar por perdida a Mariupol, advierte de que la batalla en el Donbass será decisiva, porque «si los rusos ganan, irán luego hacia Kiev».

El Ejército ruso ha bombardeado hoy una fábrica de armamento en la capital ucraniana y una refinería de petróleo en Lyssytchansk, al este del país.

Cinco personas han muerto en una serie de ataques en el centro de Jarkov, segunda ciudad de Ucrania y mayoritariamente rusófona. Un ataque impactó el sábado en un restaurante que trabaja con la web del chef hispano-estadounidense José Andrés.