El 18 de setiembre de 1961, el avión en el que viajaba el secretario general de la ONU Dag Hammarskjöld se estrelló en Rodesia del Norte (Zambia en la actualidad). Hammarskjöld y las quince personas que le acompañaban murieron. La investigación llevada a cabo por las autoridades de Rodesia concluyó que el accidente fue causado por un error del piloto, mientras que una investigación posterior de la ONU no pudo determinar la causa del accidente. Seis décadas después, la ONU tiene prevista para setiembre la publicación de un esperado informe basado en una nueva investigación iniciada en 2015-2016 tras el hallazgo de nuevos documentos.
Según informa AFP, «el escritor y periodista francés Maurin Picard, autor del libro ‘Ils ont tué Monsieur H’, descubrió recientemente una copia de una carta de la Organización Armada Secreta (OAS), un movimiento paramilitar de extrema derecha, en los expedientes del ex secretario de Asuntos Africanos y Malgaches francés en los Archivos Nacionales de Francia». La misiva, clasificada como «alto secreto» y fechada a finales de julio de 1961, asegura que el «comité directivo de la OAS» había «condenado a muerte» al secretario general de la ONU «por su política descolonizadora». «Esta sentencia, conforme a la justicia y la equidad, será ejecutada en cuanto sea posible» afirmaba la carta.
Nacido en Suecia, Hammarskjöld llevaba ocho años en el cargo de secretario general de la ONU. Durante su mandato destacó por su actitud pacifista y por sus esfuerzos por evitar guerras. Trabajó por un acercamiento entre Israel y los países árabes y, en el desarrollo de la política internacional de las Naciones Unidas, se implicó en los procesos de descolonización de distintos países africanos. Su avión se estrelló cuando se dirigía a negociar una tregua entre las fuerzas de la ONU desplegadas en el Congo y las tropas de Katanga. La recién nacida República Democrática del Congo estaba inmersa en un período de gran inestabilidad: un sangriento golpe de estado había depuesto del poder al popular líder Patrice Lumumba. Mientras, la provincia de Katanga, rica en minerales, había declarado su independencia apoyada por una empresa minera belga y varios países occidentales.
Durante los años 50 y 60, la mayoría de los países de África obtuvieron la independencia de sus metrópolis, fundamentalmente de Francia y Gran Bretaña. Fueron años de movimientos de liberación nacional, guerras por la independencia y procesos de descolonización, terriblemente complicados incluso cuando el gobierno de la metrópoli estaba de acuerdo con la independencia como en el caso del Congo. Argelia, país en el que operó la OAS, obtuvo su independencia después de que, tras una brutal guerra con el Estado francés, el presidente Charles de Gaulle y la mayoría de la sociedad francesa se posicionaran a favor de que los argelinos decidieran libremente su futuro.
La «Organisation de l'Armée Secrète» fue una organización político-militar clandestina francesa creada en la fase final de la guerra con el objetivo de impedir la independencia de Argelia. Para entonces, Charles de Gaulle había apostado por reconocer el derecho de autodeterminación del país norteafricano y la sociedad francesa había mostrado en referéndum su apoyo abrumador a la iniciativa de su presidente. Activa sobre todo en 1961 y 1962, año de la independencia de Argelia, la OAS fue responsable de entre 1.600 y 2.200 muertos en Argelia y de otros 71 en el Estado francés.