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Las instituciones rusas también están en el punto de mira de los hackers

Rusia, presentada como origen de numerosos ataques cibernéticos, está siendo objeto de la actividad de los hackers desde que comenzó la guerra en Ucrania. Documentos de sus principales instituciones han sido sacados a la luz. En esta labor destaca el grupo DDoSecrets.

El presidente ruso, Vladimir Putin, escucha a un participante en una reunión en el Kremlin.
El presidente ruso, Vladimir Putin, escucha a un participante en una reunión en el Kremlin. (Mikhail TERESHCHENKO | SPUTNIK-FRANCE PRESSE)

En la cultura popular occidental se ha asentado ya la idea de que desde Rusia se dirige un ejército de bots y hackers que lo mismo controla el devenir de unas elecciones que se introduce en los servidores de las principales instituciones. Sin embargo, Rusia también padece el ataque organizado de hackers contra sus instituciones, que se ha agudizado desde el comienzo de la guerra en Ucrania, demostrando que el cibernético es otro de los campos de batalla en los conflictos del siglo XXI.

En este ámbito, destaca el papel que ha jugado el colectivo Distributed Denial of Secrets (DDoSecrets), fundado en 2018 y que algunos califican como «sucesor de Wikileaks». No en vano, una de sus fundadoras en Emma Best, quien trabajó con Julian Assange sacando a la luz documentos secretos.

Desde entonces han arremetido contra inversores en Myanmar, han difundido secretos estadounidenses en BlueLeaks o revelado que Google contribuía con agencias de inteligencia de EEUU. Junto a ello, desde sus inicios ya pusieron también al Ministerio del Interior ruso y al propio Kremlin entre sus objetivos.

Best ha cifrado en 5,8 terabytes la información de instituciones rusas desvelada desde el comienzo de la invasión en Ucrania.

Desde la invasión de Ucrania se ha incrementado la actividad de este grupo contra Rusia. Así, en marzo reivindicó la difusión de 820 gigabytes de información de Roskommanadzor, el Servicio Federal de Supervisión de Comunicaciones, Tecnología de la Información y Medios de Comunicación. Se trata del organismo que controla los medios en Rusia y que al inicio de la guerra suspendió las licencias a varios occidentales. Las filtraciones de DDoSecrets mostraban una estrategia de seguimiento a los opositores a la guerra y a quienes rechazan las políticas de Vladimir Putin.

Un mes más tarde, publicó 900.000 correos electrónicos de la televisión pública rusa y otros 200.000 del Ministerio ruso de Cultura y 250.000 del de Educación.

La agencia estatal rusa de energía nuclear, Transneft (la mayor compañía petrolera rusa) o el Banco Central han sido otras de las instituciones que han visto cómo les arrebataban información y era expuesta a la luz pública.